Un poco de historia de la Tarta de Manzana
El origen de la tarta de manzana es desconocido, aunque cabe suponer que apareció en Europa principalmente por dos motivos: uno por ser un continente donde tradicionalmente se ha cultivado manzanas y otro, por tener numerosos ejemplos de tartas rellenas y de frutas en el recetario europeo de repostería.
Existen libros de postres del siglo XIV donde ya se recogían recetas de tarta de manzana o rellenas con otras frutas, como por ejemplo la pera.
En el siglo XVI hay constancia de su propagación a través de las colonias británicas que junto a los franceses y holandeses la llevaron a Estados Unidos, Guyanas francesas y holandesas, y otros países.
En Estados Unidos fue tal el éxito que hoy día es un símbolo nacional “American Apple Pie”. En cada estado podemos encontrar variantes en su forma de realizarla, pero como ocurre en otros lugares sus elementos básicos son harina, agua, mantequilla y manzanas.
Las tartas de manzana en sus variantes pueden ser muy distintas en cuanto a su elaboración. Tenemos aquellas que la masa recubre la manzana, que son las típicas anglosajonas.
Las que las manzanas, enteras o troceadas, se colocan encima de la masa y llevan cremas son de tipo normandas.
Las que van acompañadas con frutos secos como las pasas y almendras envueltas en una fina masa como el Apfelstrudel Alemán y su variante austriaca. También son muy conocidas las tartas Tatín de origen francés, donde las manzanas se colocan encima de una masa que una vez horneada se da la vuelta y quedan en la parte superior.
En referencia a los ingredientes tenemos variaciones, desde la canela, limón, al agua de azahar, frutos secos, hasta huevos, cremas, mermeladas, etc. A las diferentes masas utilizadas como el hojaldre, masa quebrada o galletas, y por supuesto al ingrediente principal, las manzanas.
Éstas pueden ser desde las ácidas, Granny Smith, a las Golden, o Gran doncella. Cada una de ellas aportan un sabor distinto, y elegiremos una u otras dependiendo del resto de ingredientes que vamos a utilizar, para que el resultado final no sea una tarta muy dulce o muy amarga.
En nuestra receta, al llevar mermelada para cubrirla hemos elegido manzanas Golden con una textura entera y un sabor algo ácido. Por su masa, algo líquida, podemos decir que es de tipo Normanda.