Requisitos para practicar mindfullness bien

Algunos pacientes piensan que el mindfulness es como una clase de yoga o una simple meditación en la que solo reina el silencio, algunos estiramientos y quizás cambiar y aprender varias series de respiraciones profundas.


¡Nada de eso!


El mindfulness no es una clase de gimnasia ni de estiramientos, ni de yoga ni de una simple meditación en silencio. Es un método de autoconocimiento, como te comenté, en el que se trabajan tus emociones y pasiones, para hacerte una persona más centrada, más concentrada, estable y feliz.


Tendrás que estar dispuesto a trabajar tu paciencia y también a derribar ciertos muros emocionales que hasta ahora te estaban definiendo. Piensa: ¿Podrás ponerle cara al cambio?, ¿Aceptarías recomendaciones?, ¿Serías capaz de aprender el valor de darle el tiempo necesario a tu cuerpo para relajarse?, ¿Estarías dispuesto a escucharte, aunque tengas que enfrentarte a todos tus fantasmas emocionales?
Piensa que después de toda tormenta, viene la calma. Y tendrás que pasar por ella para poder acceder a una nueva renovación, a un mejor tú.


Mindfulness finalmente, no es solo respirar o aprender a estar relajado, sino que también entrañará un cambio de vida muy positivo, con el cual tendrás que aprender a dar rienda suelta a un nuevo yo, con mucha más energía y disponibilidad para vivir.


Para ser una mente más evolucionada, se recomienda durante las sesiones y después:


-Llevar ropa cómoda. Especialmente de materiales orgánicos y agradables al tacto para tu piel, como pueden ser los algodones naturales, sin tintados químicos ni artificiales. Evita el poliéster, así como los tejidos sintéticos, todo lo que puedas. Cambiará tu campo energético. También deberás pensar en los colores que más te agradan. Tu cuerpo y tu mente hablarán y te pedirán por si mismos.
-Cambiar la rutina de alimentación. Siempre será recomendable que alejes de tu vida (lo más posible que puedas) los alimentos procesados, la comida rápida, la abundancia de azúcar y sal refinada, el alcohol, el tabaco, el abuso de grasas y el abuso de proteínas de carne de caza y carnes rojas. En su lugar, apuesta por el agua saborizada de manera natural con frutas y hierbabuena o menta, las infusiones, los zumos naturales, las verduras, las frutas, los quesos desnatados, los lácteos bajos en grasa, las legumbres, el pescado, los huevos (mejor si son de gallinas camperas) y de vez en cuando, carne de aves, ya que es más fácil de digerir. Presta atención a los frutos secos, las frutas deshidratadas sin azúcar y las bayas, ya que son sustitutos perfectos de las golosinas industriales. La miel es un perfecto reconstituyente natural ¡y es dulce! Cuanto mejor sea tu alimentación, mejor estarás y más se te facilitará la meditación. Hay un gran debate acerca de si la carne es correcta para la práctica de la espiritualidad. Pero hasta ahora, no hay obligatoriedad ninguna en tomarla o suprimirla. Simplemente has de tomar lo que tu cuerpo demanda en cada momento (como una necesidad y no un antojo o una súplica de la ansiedad o la tristeza).
-Realizar las prácticas de meditación en un espacio libre en plena naturaleza. Obviamente, siempre será mejor hacer las prácticas en una playa, montaña o jardín, que en un espacio cerrado, ya que el aire (prana) así como el sol nutrirá tu campo energético y tus órganos vitales. Carga tus manos y tus pies con la energía del sol. ¡Te sorprenderás!
-Evitar el sobreesfuerzo y la negatividad. Es normal que pase un tiempo y que no logres concentrarte. Que tus pensamientos vayan y vengan de una manera acelerada, o que se vayan y ¡que de repente aparezca un miedo, un reproche, una inseguridad! Fomenta la paciencia, quiérete, mímate, di: "lo volveré a intentar", "me tomaré una pausa y volveré más tarde"... No caigas en el castigo o la autocompasión. ¡Todo lleva su tiempo y depende cómo seas y cuál sea tu estado de conciencia actual evolucionarás de una manera u otra!.
-Practicar el positivismo. No mires el lado oscuro de las cosas, y si aparece un pensamiento negativo, déjalo ir, no lo alimentes.
-Moderar las pasiones. Una mente descontrolada es signo de debilidad así como fuente de enfermedades y de inestabilidad. Hay muchas emociones que tendrás que aprender a moderar, entre ellas: la envidia (generadora de inseguridades y destructora de la autoestima personal), los celos (enemigo del amor y la estabilidad), la lujuria, la ira (signo de pobre control emocional), la violencia verbal o física, el egoísmo etc... en general, se busca el no caer en extremos que pueden llegar a ser fatales, provocando traumas en otros, así como daños emocionales, fomentando el perdón, la comunicación y el tratamiento desde el amor y la comprensión.
-Practicar una sexualidad consciente. La sexualidad es sagrada y poderosa cuando se utiliza bien, siendo el ritual del sexo un intercambio de amor y energía, en el que la pareja se debe de amar y respetar, creando así un conjunto equilibrado, en el que la salud y la felicidad fluye para los dos. El alma y el cuerpo se funden en ambos para crear una nueva unidad perfecta. Aquellos que se centran en una pareja de vida y que están dispuestos a luchar por relaciones saludables, en las que reina la confianza, la estabilidad y la buena comunicación son a la larga mucho más felices, poseen un organismo más fuerte y generan un cerebro más sano. Mientras tanto, la promiscuidad así como el tener relaciones sin amor atrae bajos niveles de conciencia, que a la larga crea confusión, desorientación emocional y emociones pobres que derivan en la incapacidad para creer en el otro, la falta de cariño e incluso traumas sexuales, impotencias e incapacidades para llegar al orgasmo o la falta de libido.
-Practicar el perdón y el comprender el significado completo de la palabra amar. Muchas veces llega a nosotros bloqueos emocionales causados por falta de entendimiento con los demás y también problemas de comunicación que se causan por antiguos traumas o malentendidos que solapamos en nuestras relaciones presentes o futuras. Siempre es beneficioso el perdonar a las personas que nos han hecho daño en algún momento de nuestras vidas, dejando que tropiecen, que se equivoquen, que evolucionen, llegando el momento de aceptar, ayudar, amar, de manera desinteresada e incondicional.

 

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Clase gratis de meditación y mindfulness

 

Ana Perez

Escenografía y Técnico Superior en Producción de cine y TV. Psicología.

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