La empatía
La empatía, tercer elemento de la inteligencia emocional, de acuerdo con Goleman (1996), es la habilidad para comprender las emociones, sentimientos y actitudes de los demás, poniéndose en su lugar, para poder relacionarse efectivamente con ellos en acuerdo con sus necesidades emocionales.
Una actitud empática exige un esfuerzo de comprensión del porqué de un comportamiento determinado del otro, con la intención de mantener un diálogo fructífero en medio de un estilo de interacción positivo y cómodo para ambos.
La empatía es la clave de las relaciones humanas exitosas. Y no es solamente la intención de comprender lo que el otro siente, implica también tratar de experimentar lo que la otra persona está sintiendo. Es lo que coloquialmente se denomina "ponerse en sus zapatos".
La empatía abarca:
- Respeto por lo que la otra persona piensa. Cada persona tiene un sistema de creencias particular raras veces idéntico al de cualquier otra.
- Aceptación de la manera en que siente cada interlocutor. Comprender las emociones de los demás es la esencia de la empatía.
- Búsqueda del acuerdo en beneficio mutuo.
La capacidad de ponerse en el lugar del otro, que es otra forma de definir la empatía, permite comprender el comportamiento de los demás en determinadas circunstancias y la forma en que toman las decisiones.
Es así como la empatía facilita las relaciones interpersonales, hace más efectiva la negociación y optimiza la habilidad para persuadir.
La empatía también tiene importancia en el desarrollo del carisma. La empatía tiende a generar sentimientos recíprocos por parte de los demás.
Rasgos principales de la empatía son:
Escucha activa. La escucha activa es concentrarse en atender lo que dice el interlocutor. Poner atención a lo que el otro intenta transmitirnos no sólo verbalmente, sino con su comunicación no verbal: el tono de voz, la mirada, los gestos y la postura. Requiere atención consciente y advertir la manifestación de sus emociones.
Escuchar activamente es una acción racional, consciente, que requiere cierto ejercicio de voluntad. Frecuentemente mientras nuestro interlocutor habla, nosotros estamos pensando lo que vamos a responder. Esta actitud es lo contrario de una escucha activa.
Aceptación de las diferencias. Estar en desacuerdo con alguien en determinado tema no significa eliminar la posibilidad de mantener una relación empática. Exige respetar la posición del otro, aceptar que piensa de otro modo y reconocer como legítimas sus motivaciones o propósitos.
Comprender a quienes piensan igual que nosotros no es tan difícil como hacerlo con quienes son o piensan diferente. Para desarrollar empatía con ellos, sin renunciar a uno mismo, se requiere desarrollar también la asertividad.
Asertividad significa dejar en claro, tener la capacidad para afirmar, expresar lo que se quiere, se piensa o se siente sin faltar a la consideración de la otra persona, sin agredir o herir sus sentimientos.
Una forma de empatía, estudiada por psicólogos clínicos, es esa suerte de identificación que se siente con alguien que sufre un dolor o a pérdida de un ser querido y que puede a producir efectos físicos sobre la persona que la siente.
La empatía es lo que se llama una competencia transversal. A medida que uno desarrolla esa habilidad para comprender las emociones de los demás, la aplica en todos los ámbitos de la vida: la participación en la comunidad, la política, las relaciones personales incluyendo las de pareja, la formación de los hijos y el trabajo en equipo o los negocios.
En resumen:
- La empatía es la capacidad para comprender las emociones, sentimientos y comportamiento de los demás y, en consecuencia, actuar adecuadamente frente a ellos.
- La empatía es una habilidad que vale la pena desarrollar por cuanto es un rasgo de desarrollo humano, valioso en todos los ámbitos de la vida.
Preguntas de repaso
¿Cuáles serían las diferencias entre empatía y simpatía?
¿Por qué es mejor actuar con empatía que actuar con frialdad objetiva?
¿Es más fácil sentir empatía con algunas personas que con otras? ¿Por qué será?
