Secuestro emocional

Concepto muy importante para comprender por qué en ocasiones nos domina el miedo (ataque de ansiedad o de pánico) aunque no estemos en una situación estresante ni de peligro real.

El cerebro emocional es el que nos permitió aprender de las situaciones que vivimos ya que es donde se almacena la memoria.

Gracias a esto podemos recordar cómo actuamos en una situación pasada que está ocurriendo de nuevo en el presente y así no tenemos que pensar, sólo tenemos que repetir nuestro comportamiento como la vez pasada. Por ejemplo nos quemamos con fuego y ya sabemos que no debemos tocarlo.

Hasta aquí todo perfecto, nuestro cerebro emocional nos permite la mejor adaptación a nuestro ambiente.

Lo malo de esto, es que el cerebro emocional en ocasiones nos hace comportarnos de una manera que no es la adecuada porque la situación presente no es exactamente igual a la que ya nos ocurrió en el pasado.

Lo que hace nuestro cerebro emocional es comparar cualquier situación del presente con alguna del pasado y por el mero hecho de compartir rasgos similares dice que esto que hoy está ocurriendo es igual a como fue en el pasado y por lo tanto debemos actuar igual.

    Esto sucede sin que se haya pensado racionalmente, nuestra parte instintiva nos hace reaccionar sin que medie la parte racional.

    Y esto no es todo, seguramente os haya pasado alguna vez que habéis perdido los estribos  en una determinada situación y cuando ésta pasa os dais cuenta de que vuestra reacción fue algo desproporcionada y os preguntáis cómo pudisteis ser tan irracionales.

     

    ¿Qué nos sucede en estos momentos?

    Lo que nos ocurre es que somos víctimas de un secuestro emocional o amigdalar: nuestro cerebro más primitivo ha tomado el control.

     

    ¿Cómo se produce el secuestro emocional?

    Lo que ocurre es que las situaciones que consideramos estresantes se interpretan en nuestra mente como peligrosas y  nuestro cerebro emocional (la amigdala) se apodera de nuestra parte más racional.

    La amigdala considera que no hay tiempo para pensar/calcular/planificar y que debemos reaccionar rápido ante dicho peligro, considera que debemos HUIR O ATACAR.

    Por esta razón en situaciones que tememos nuestro cerebro emocional toma el control y nos vemos realizando acciones que después consideramos que no se ajustan a la realidad. 

    Cualquier emoción fuerte puede accionar este mecanismo e impedir el funcionamiento normal del cortex.

     

    ¿Por qué se produce el secuestro emocional?

    Para contestar a esta pregunta debemos saber que nuestro cerebro está programado para mantenernos con vida, es decir, para garantizar nuestra supervivencia.

    Nuestros antepasados sufrían estos secuestros emocionales cuando se encontraban en situaciones de peligro ya que así podían actuar de forma rápida y salvarse de ese peligro.

    Ejemplo de un secuestro emocional: https://www.youtube.com/watch?v=NM8iWy5fpIY

     

    SOLUCIÓN PARA EL SECUESTRO EMOCIONAL: MIDE TU MIEDO

    Cuando tienes miedo piensas automáticamente de manera menos racional. Cuando sientas miedo usa la parte más racional del cerebro: mide tu miedo.

    Mide tu miedo en una escala del 1 a 10 (el 1 es cuando estás más relajado y 10 cuando tienes más miedo). Y ahora pregúntate, ¿en qué número de la escala estoy ahora mismo? ¿Un 7, un 5?

    Puedes contar los pasos que vas dando cuando caminas, el número de árboles que te encuentras, realizar operaciones matemáticas...

    Sólo con hacer esto, tu nivel de ansiedad bajará, porque está apelando a la parte más racional de tu cerebro y por tanto apaciguas la emoción.

    Jessica Pedrero Gómez

    Socióloga y Coach Personal, Especialidad en Psicología Social, Monitora de Risoterapia, Tiempo Libre y Educación Sexual

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