Segunda Fase

Hemos descubierto (muchos lo han dicho ya de variadas maneras y formas) esta grande y al tiempo terrible temporalidad del ser, en la cual podemos realizar nuestros anhelos más profundos -Dios no se equivoca-, que enmarca nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. He conocido personas muy enfermas, con pasmosas precariedades, y que sin embargo, a pesar de mi asombro, confiesan y sustentan que son felices; es como si un soplo de inmortalidad les cubriera, incluso, en medio del sufrimiento y el llanto.

Esto me ha intrigado, desvelándome, robando mi sueño: ¿cómo es posible? me pregunto, con admiración, que en medio de la angustia y el dolor, se puedan expresar la paz y la felicidad. 

Esta plática, nos pone de frente a condiciones, que son previas, pero que también deben acompañar, todo el tiempo, nuestros planes de desarrollo y crecimiento, para que no nos equivoquemos y quizá, ya al final de la jornada, en materia grave y esencial.

En todas las etapas debes preguntarte:

1) ¿Voy (vamos) bien?

2) ¿Avanzo según lo previsto?

3) ¿El tiempo, es el acordado?

4) ¿El esfuerzo es el calculado?

5) ¿Los recursos vienen rindiendo según el plan?

6)¿ Los equipos humanos, incluidos, si los hubiere, responden según lo analizado?

7) ¿Lo estamos disfrutando (alegría-felicidad) a pesar de las dificultades e imprevistos?

8) ¿Hay afectaciones o sufrimiento de personas o grupos?        

 

Por ejemplo, al pretender hacer tu carrera debes sacrificar tiempo valioso frente a tus hijos y esposa?... debes preguntar y preguntar a tu esposa si vale la pena... quizá, cuando tus hijos crezcan sin todos los cuidados y acompañamientos que debiste darles -y no lo hiciste por estar estudiando-, y tomen decisiones erradas, tal vez de graves consecuencias, sientas remordimientos, pero será, de pronto, demasiado tarde.

Si las respuestas a las preguntas anteriores, muestran un desbalance preocupante, deberías replantear tus metas o el tiempo considerado, o la oportunidad del mismo. La infelicidad no debería acompañar ningún proyecto. Está bien la presión, unos grados de estrés, cierta cantidad de incomodidades, algunas estrecheces económicas; trasnochos y afanes; pero el sufrimiento y el dolor, deben de tener, medición y gradación permanente, pues si afectas a otros (destruyendo o aplazando excesivamente, su felicidad), tus triunfos, serán inútiles... también nuestros hijos, allegados y amigos, se mueren... se van... se frustran... se cansan... nos abandonan, en fin, es esencial disfrutar la vida, el hoy y ahora; no tenemos más. Ayer hubo muertos y desaparecidos en la ciudad donde vivo, Manizales, Colombia; hace muy poco, en una gran tragedia nacional, en Mocoa, cientos de muertos y muchos más damnificados, sin sus casas, sin varios de sus seres más queridos. ¿Cuántos mueren en Siria cada día y cuántos murieron por el gas tóxico y por los bombardeos de Trump?

Esta es la realidad de la vida... y no es mala, per se; no la juzgues, no reproches; no te indignes; no veas en todo una injusticia y menos, una tragedia; sólo reza, ayuda y vive... un tiempo (siempre el tiempo) y llegarán tu turno y el mío... y, tal vez, no será malo... será otro tiempo y otra experiencia... tiempo de resultados; de ver si realmente aprendiste y si lo que aprendiste lo pusiste en acción; será nuestro último examen; el definitivo, aunque los momentos de verdad, las oportunidades se dan aquí y también, sólo en el ahora, y -creo yo (no hay imposiciones, ni proselitismo)-, se me tomará cuenta, de si he sido feliz, si he alcanzado la paz y el gozo; si he hecho felices a otros; si he cuidado de mi cuerpo y me he amado, como lo que soy: un ser celeste, extraordinario, luminoso: hijo de Dios.

1) ¿Ayudas a otros cada vez que te lo piden?

2) ¿Ayudas sin que te lo pidan; por ejemplo visitas a los enfermos, a los presos, a los que han perdido sus empleos? ¿o más bien los esquivas cuando se cruzan en tus caminos?, ¿devuelves sus llamadas y/o correos, y contestas sus peticiones?

3) ¿Compartes alguna porción de lo que recibes con los necesitados?, ¿con los pobres vergonzantes (quienes necesitando, no piden)?, ¿cada cuanto?

4) ¿Te vinculas con obras de caridad?

5) Si lo haces, ¿lo haces público?; ¡Os aseguro: ya tienen su recompensa! Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu izquierda.

Recuerda: no puedes ser feliz cuando hay angustia a tu alrededor.

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