Primera Fase: Punto de Partida
Saber dónde estamos (punto de partida), es crucial para para poner nuestra brújula en marcha.
Hay unas preguntas que siempre han "atormentado" a casi todo hombre, por elemental que sea su raciocinio. Existimos otros seres que somos obsesivos sobre estas consideraciones y usamos buena parte de nuestro tiempo en estos asuntos, como esencia de vivencia, profunda, de nuestro quehacer y nuestra vida.
Así pues, nos vamos definiendo en función de lo que pensamos y hacemos.
Luego de hacer una aproximación al ¿dónde estamos?, podemos enfocarnos al ¿a dónde queremos llegar?. Es fundamental establecer una línea de tiempo, que permita establecer etapas o niveles y dosificar así, nuestros esfuerzos. Miles de ejemplos se nos ocurren:
Pasado----------------Hoy-------------------------------------Meta (2 años)
¿Cómo armamos nuestro objetivo?
Por ejemplo, quieres representar a tu país en unas olimpiadas, corriendo los 100 metros. Para tal propósito debes correr esa distancia en 10,5" segundos, porque más de eso te impedirá ser seleccionado, pero hoy lo haces en 14";
Hoy 100 m en 14"............... en 6 meses:100 m en 13"..............
En 1 año: 100 m en 12".......... ........ en 2 años: 100 m en 10,5"
En esta línea de tiempo es necesario, escoger, seguramente, períodos más cortos como un mes por ejemplo, y medir los factores de ganancia por cantidad de esfuerzo. Muy posiblemente el avance, disminución de tiempo, será mayor al principio y luego será más y más exiguo. Así se puede planificar a "groso modo", sobre una línea de tiempo, el desarrollo de nuestro propósito, frente a los esfuerzos aplicados.
Ahora bien: ¿por qué quieres hacer o alcanzar tal cosa o meta?
1) Serás más feliz; (¿qué es la felicidad para ti?)....si....no
2) Ganarás mucho dinero;....si....no
3) Serás muy famoso;....si....no
4) Tienes las condiciones físicas y la edad apropiadas;....si....no
5) Tu familia tiene una larga tradición de atletas;....si....no
6) ¿Tienes el tiempo, los recursos y apoyos necesarios?....si....no
7) ¿Cómo harás con lo que hoy te ocupa: por ejemplo, tu trabajo, el estudio, etc.?
Es muy importante responder estas preguntas, no sólo con un sí o un no, sino, también, ampliar las respuestas, para ir desnudando las fortalezas y debilidades del proyecto y de nosotros mismos frente a él.
Para ello hemos desarrollado un cuestionario más desagregado y detallado; es bueno decir que éste curso, para efectos prácticos, constituye una guía interesante que conduce y entrega resultados a quien se aplique de manera concienzuda y persistente, como se ha comprobado con muchos casos que a lo largo de nuestra experiencia hemos conocido y trabajado; empero sabemos también, de muchas personas que requieren de un acompañamiento más específico, dada la complejidad de los temas, las circunstancias y personalidades.
En el cuestionario anterior hay preguntas que descalifican nuestras pretensiones, como: ¿serás más feliz?; si ves que el esfuerzo te supera, fallas en la continuidad, tu familia y tú mismo, según vislumbras, no serán más auténticamente felices (y la búsqueda de la felicidad es esencial al hombre), entonces el proyecto se desmoronara... si crees no tener las condiciones físicas o ya estás pasado de edad; entonces debes buscar otro propósito, o quizás otro deporte.
Más que poner obstáculos, es medir de qué estamos hechos y hacia dónde vamos con seguridad y decisión. Hay personas, muchas, por fortuna, que se "crecen" ante las dificultades y a medida que éstas se incrementan, van desarrollando su potencial, como se desarrollan los músculos, la resistencia, la capacidad pulmonar, las condiciones para afrontar y resolver problemas; son sujetos, por así decirlo, destinados a alcanzar sus metas, y aunque "el destino se oponga", es más, entre más se oponga, más tenaces se tornan y más se acercan a sus objetivos; esos, no necesitan de éste curso; son incontrastables y los obstáculos, las etapas de su crecimiento. Estos irán adelante, pase lo que pase; a veces olvidan preguntar si lo por obtener les dará más felicidad a ellos o sus grupos de interés. Tal es el caso de los dictadores, los dueños de los grupos económicos, los reyes y presidentes de las naciones, los gerentes y ceos de las compañías, como casos más conocidos y documentados, y los más comunes: los tutores, maestros y los padres de familia, que llevan a sus hijos y cónyuges, por caminos tortuosos y a veces, enfermizos, dañando gravemente los círculos que accesan y sus descendientes presentes y futuros, por la obsesión en sus metas y ambiciones, las cuales son trazadas y sostenidas "contra viento y marea", sin importar el costo.
Por ello hacemos énfasis: si no vas camino a la felicidad, si no estás siendo más bondadoso y amable; si no participas de tus logros, a otros necesitados de ellos; si no estarías orgulloso de que se escribiera tu biografía con "pelos y señales", entonces, seguramente, son tus ambiciones, personales, familiares o de grupo, las que te impulsan, y en el sendero estarás dañando a muchos. Nunca serás feliz: tendrás sucesos y acciones bochornosas, de las cuales te avergonzarías si se publicasen; vivirás con "cosas ocultas", y si no te has hecho cínico, tendrás tal cantidad de remordimientos, que tu vida será penosa.
El hombre recto y correcto, va, por decirlo de algún modo, desnudo ante los demás; con sus yerros y equívocos, con sus debilidades y caídas, disponibles para ser leídas y comentadas; no tiene nada que esconder: es un ser transparente, aunque se haya equivocado muchas veces, como siempre suele suceder con todos nosotros; y ésto, porque habrá reconocido y pedido perdón, y resarcido por los daños inflinjidos. También tendrá propósitos, serios y firmes de modificar su conducta y procedimientos; procurará con todas sus fuerzas, no volver a caer, no volver a hacer daño; tendrá un código interno, que habrá hecho su forma de vivir la vida: no matar, no robar, no odiar, no envidiar, no despreciar, no creerse superior, no maltratar, compartir de lo suyo, buscar -afanosamente- la justicia y la equidad, no mentir... etc.
Si quieres la felicidad, has de saber que ésta no se alcanza de manera individual y menos, mucho menos, a costa del sufrimiento y la pena de otros. Y si no buscas la felicidad, entonces, ¿qué buscas?... allá al final de todos tus logros, serás un ser desencantado, frustrado; creerás que has sido engañado y que la sociedad te ha "vendido" ilusiones y equívocos; como un hombre al que la sociedad en cabeza de sus padres, familiares, amigos y tutores (como seguro te estará sucediendo hoy día, a ti... siii... a ti mismo, también, como a tus hermanos y muchos de tus amigos), le ha dicho: estudia, ve al colegio, luego a la universidad y luego haz una maestría, así podrás ganar buen dinero, ser importante; conseguirás una bella y buena esposa y tendrás lindos hijos; entonces alcanzarás la felicidad. Y de pronto, recorriendo este itinerario, cuando estaba terminando su maestría, se sintió enfermo, fue a la clínica y le descubrieron un cáncer y dieron seis meses de vida: ¡qué desconsuelo le acometió!, ¡no podía entender!; ¡había hecho lo que le habían dicho!; ¡lo habían engañado, terriblemente!, había desperdiciado sus pocos años de vida, en pos de una quimera y había puesto su felicidad en un futuro que no se cumpliría; ¡se había afanado inútilmente!, y ¡no había vivido!; ¡lo había aplazado!. Estaba descubriendo, dolorosamente, "de golpe y porrazo", que la felicidad no está en el mañana, ¡que nunca, nunca, el mañana existe!, que sólo es una remota e incierta posibilidad, ¡que millones mueren cada noche y día!; que sólo tenemos este hoy, es más, "este ahora"; que la felicidad está aquí; que es esencial al ser humano; que lo único que cuenta es el tiempo y no lo podemos comprar ni recuperar; que todo lo alcanzado, material y posicional, -e incluso el conocimiento de cada uno- se disolverá en otro tipo de energía; que es preciso, disfrutar del viento, de los abrazos, de la luz, del atardecer, del amanecer, del día y de la noche; de los aromas y la música; de los conciertos y la buena conversación, de la risa, -pero también llorar-... del paisaje, del esplendor del cielo; de la maravillosa lluvia, del calor del sol...
...aquí, en este itinerario, está plasmada la felicidad; el gozo espera un poco más allá y deviene de la plenitud, de la exultación, de la profunda emoción... de la expectativa sin límite ni tamaño, pero creciente, desbordante, y en este transito, la paz... con entre sombras... satisfacciones y llanto; de la luz y las sombras, nace la realización, que no es otra cosa que el desvanecimiento, la marcha, por expresarlo así, hacia lo ínfimo, casi a desaparecer... la búsqueda de la humildad, del descendimiento -conviene que disminuya yo para que crezca El- (¡mi amado!), hasta que siendo nada, me haga uno con Él, y sea -seamos-, como Dios; -Dioses sois-.