El examen estructurado

Se reconoce el examen estructurado por estar compuesto por preguntas abiertas. Éste es probablemente el examen más temido por los estudiantes, ya que los enunciados sólo contienen el título de un tema, y tú tendrás que desarrollarlo todo, sin ningún tipo de guía. También es probablemente el examen más fácil de preparar para los docentes, ya que sólo tendrá que enunciar el tema de cada pregunta, pero el más difícil de corregir ya que tendrá que lidiar con la expresión escrita de cada alumno. Sigue los siguientes consejos y podrás afrontar bien este tipo de examen.

Vamos a empezar por un par de consejos que hacen referencia a cómo debes organizar el contenido:

1. Si el tema que tienes que explicar es muy extenso, échale una mano a la persona que lo va a corregir. Antes de empezar con el desarrollo, puedes hacer un guion en el que anticipes los puntos principales que vas a explicar. Esto no es obligatorio, pero será de mucha ayuda: primero a ti, porque estarás estructurando las ideas antes de empezar, y segundo a quien corrija, porque le irás guiando y no tendrá que estar buscando ideas en tu texto... lo valorará mucho.
2. Contextualiza la respuesta. Si te preguntan por un tema, no empieces de golpe a explicarlo. Emplea un párrafo inicial para ubicar el tema. Pero no consiste en contar toda la historia completa, sino los antecedentes directos. Si, por ejemplo, en un examen de Historia te preguntan por el desarrollo de la II Guerra Mundial, primero comenta un poco acerca del momento histórico y en qué consistían las tensiones previas entre qué países.
3. Las preguntas abiertas no evalúan conocimientos concretos y específicos, sino la forma en que se conectan unos con otros. No escribas una sucesión de datos, cuenta un relato con ellos. Por ejemplo, si lo que te preguntan en ese examen de Historia son los antecedentes de la II Guerra Mundial, lo importante no es que recuerdes la fecha en que Hitler subió al poder y la fecha en que invadió Polonia, sino la problemática de la que surgieron las motivaciones de aquel dirigente. 
4. Una pregunta abierta no implica que la respuesta sea libre, ya que tu docente espera que plasmes en tu respuesta determinados aspectos importantes. Debes saber identificar qué datos son principales y cuáles son secundarios. Una vez que tengas esto claro, podrás hacer una jerarquía de la información que vas a explicar. Si has usado buenos esquemas para estudiar, esto te resultará fácil.  A veces, en el propio enunciado de la pregunta te sugerirán algunas líneas generales que debes tratar; de ser así, aprovecha esa oportunidad, porque no suele ser lo normal.
5. Aunque, como te acabo de decir, los conocimientos específicos no sean lo más importante aquí, no quiere decir que sobren. Aportar detalles servirá para ampliar la información que estás explicando, ejemplificar y conectar los asuntos importantes dentro de cada tema. Siguiendo con el ejemplo de la II Guerra Mundial, conocer las fechas exactas en que se lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki no es tan importante en sí mismo, como poder relacionar esas fechas con la rendición definitiva de Japón.

Otros consejos hacen referencia a la forma en la que escribes:

1. Escribe como si la persona que lo va a leer no supiera nada sobre el tema. No pienses que "se sobreentiende", no pienses que tus profesores están en tu mente; ellos sólo pueden corregir lo que ven escrito, así que elige bien tus palabras y define bien cada concepto que uses. Aprender a estudiar ideas en vez de frases textuales, así como saber hacer buenos resúmenes te ayudará mucho para cuando tengas que redactar una respuesta de desarrollo.
2. Que uses tus propias palabras no significa que escribas del modo en que hablas. No olvides que estás en un examen, no uses palabras ni construcciones coloquiales. Esto implica, por ejemplo, no empezar tus frases con expresiones como "pues es que...", "lo que pasa...", etc.
3. ¡Usa párrafos! No escribas una respuesta en un solo bloque. Ya que has estructurado las ideas previamente, plásmalo en la respuesta. Usa un párrafo para cada idea, y que cada párrafo contenga al menos 3 o 4 frases: la primera para presentar la idea, las intermedias para desarrollar la idea y aportar datos, y la última para conectar la idea de ese párrafo con la idea del siguiente. Y por favor, no hagas las frases innecesariamente largas. Si te das cuenta, este consejo supone hacer el ejercicio opuesto a cuando hacías anotaciones en el margen.

Y aquí te doy algunos consejos para poner límites:

1. No abordes cuestiones que no están relacionadas con el tema por el que se te pregunta. Tus profesores conocen el tema y saben lo que debes responder, así que nunca conseguirás engañarlos. No se trata de rellenar páginas, sino de responder a la pregunta.
2. Una vez que no tengas más cosas que decir sobre el tema, no digas más.

Examen Semiestructurado

Mientras que en un examen estructurado te encontrarás con unas pocas preguntas a las que tendrás que responder sin límite de espacio, en un examen semiestructurado habrá más cantidad de preguntas a las que deberás responder en un espacio limitado, habitualmente media página o incluso un único párrafo. Este tipo de pregunta exige, al igual que las abiertas, que conozcas los aspectos principales y secundarios del tema, y además que tengas capacidad de síntesis.

En este caso, no te preocupes por el guion inicial ni por contextualizar el tema, no es necesario; ve directamente a explicar el tema por el que se te pregunta. Otra estrategia para sintetizar es obviar los detalles; no necesitar apoyarte en contenidos específicos, sólo explica las líneas generales, siempre que plasmes lo verdaderamente importante. Eso sí, si lo consideras muy necesario, o si te lo piden explícitamente, puedes usar algún ejemplo (sólo uno) para cada línea general.