Lenguaje corporal

6.1 La importancia del lenguaje no verbal

Cuando tienes que presentarte ante un público externo para dar una exposición o una conferencia, los nervios suelen tomar mayor protagonismo del que se desea. Para que esto no ocurra es bueno aprender a manejar el cuerpo, puesto que con una mala postura la exposición también resultará desfavorable. No saber qué hacer con el cuerpo cuando todas las miradas se encuentran centradas en uno es un problema, ya que se desaprovecha este rico canal de comunicación. El lenguaje corporal puede aprenderse. De esta manera se podrán controlar también los movimientos que resultan involuntarios, pero que tan mal hacen cuando lo que se busca es brindar al público una buena imagen.

 

6.2 Técnicas para hablar en público

6.2.1 Capturar la mirada de los otros

Si se habla sin tener en cuenta que hay un público observando, lo único que se va a lograr es que los otros tampoco detengan la mirada en uno. No es bueno mirar hacia el infinito, por el contrario, es recomendable mirar frente a frente, captar los ojos de los espectadores y ello servirá no sólo para generar empatía sino también para adquirir tranquilidad y confianza en lo que se está diciendo.

 

6.2.2 Dejar las manos libres

Muchas veces se dejan las manos por detrás del cuerpo como una forma de mostrar prolijidad u orden, sin embargo, ello es algo que tiene que evitarse. Los estudios que se encargan de analizar el lenguaje corporal expresan que cuando las manos no se pueden percibir transmiten la idea de que algo se esconde, definitivamente ésa no es la sensación la cual se busca proyectar al público. Por ello es bueno aprovechar las potencialidades de la gesticulación a través de las manos sin exagerar.

 

6.2.3 Asumir una postura erguida y segura

Es importante que el cuerpo se encuentre firme y que denote cierta presencia. Para ello es importante que la espalda se encuentre derecha y que las piernas estén ligeramente abiertas. Esta postura aporta estabilidad y es confortable para que no se presenten movimientos inadecuados durante la exposición.

 

6.2.4 Mantenerse quieto, sin movimientos muy notorios

Expositores inexpertos sueles chocarse los dedos, tambalearse o insistir tocando partes del vestuario. Es fundamental que estas actitudes se eviten puesto que denotan inseguridad y dejan paso al estrés. Si bien no es necesario permanecer parados sin alteraciones, la idea es que se pueda naturalizar el movimiento sin muestras de nerviosismo.

 

6.2.5 Llevar una respiración acompasada

El ingreso de aire en el cuerpo permite estabilizar las pulsaciones y, por lo tanto, aporta tranquilidad. La respiración es una técnica de relajación que se recomienda utilizar en toda exposición puesto que también permite pausar lo que se vaya exponiendo haciéndolo más accesible a los oyentes.

 

6.2.6 Evitar desplazamientos alrededor del salón (sin tranquilidad)

 Moverse precipitadamente de un lado a otro queriendo con ello bajar la tensión o pretendiendo así llegar más al público puede resultar contraproducente. El vaivén del auditorio tratando de seguirte será un punto de distracción para ti y no le aportará valor a lo que tienes para decir. Todos estos consejos ayudarán a que te sientas seguro en el escenario y te aportarán credibilidad. Pero ello no es suficiente, pues debe estar combinado con una buena pronunciación, tono, volumen y timbre de voz para captar la atención de los oyentes, y por supuesto, que el contenido esté organizado para crear un discurso congruente y equilibrado.       

María Cristina Ortiz Salvador

Licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia. Máster en gestión jurídico-financiera de empresas

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