Castigos ilógicos
Hay castigos que pueden parecer sensatos a primera vista, pero si los estudiamos podemos ver que carecen de lógica debido a que no sirven para educar, ni para corregir el comportamiento. Veamos los siguientes ejemplos:
Si no estudias, ¡castigado sin hacer deporte!
Hacer deporte es algo saludable, es decir bueno, por tanto pierde sentido que le castiguen sin esta actividad. Y si es malo lo mejor será que nunca lo practique, y no que lo retiremos en forma de castigo. Si no le dejamos por ejemplo, asistir a un partido previamente concretado, le estamos enseñando a que los compromisos con los demás carecen de importancia y prevalecen los nuestros propios, por lo tanto, los demás se quedarán sin partido por nuestra ausencia; y le estaremos enseñando a no respetar a los demás.
Para que sea eficaz el castigo debemos retirar al niño algo que signifique una pérdida, con el objetivo de causar un cambio en el comportamiento, pero no debemos de ensañarnos con lo que más le duela, hay veces que sin darnos cuenta podemos actuar de forma cruel, y no olvidemos que queremos educar, no eliminar la felicidad del niño.
Si no recoges tu habitación, ¡castigado sin paga!
Quitar la paga se ha convertido en un castigo muy común, este es adecuado con el cuidado material y que tiene relación con el ámbito económico, por ejemplo romper algo del hogar o dejarnos la luz del cuarto de baño encendida. Para eliminar otras conductas no es tan eficaz, e incluso inadecuado.
Debemos tener cuidado, dejar a un niño o adolescente sin paga puede derivar en aumentar conductas para conseguir dinero de forma inadecuada. Además, tener una paga relativamente fija ayuda a que el menor se organice, le dé importancia a gastar el dinero en cosas importantes y gestionar sus prioridades de forma adecuada. Si le quitamos la paga o le damos un trato variable, puede que no adquiera estas habilidades y gaste el dinero cuanto antes en cosas banales.