Síntomas cognitivos
La presencia de síntomas cognitivos abarca una serie de alteraciones en la forma de percibir y razonar la realidad.
La ansiedad puede mostrarse mediante diferentes signos, pero el factor cognitivo es siempre un aspecto primordial para su evaluación.
Esta forma de interpretación distorsionada es lo que provocaría una ansiedad desmesurada.
Nuestros pensamientos influyen en la manera de sentir las emociones. Si nuestros razonamientos son erróneos y no tenemos la capacidad de identificarlos como engañosos, nos pueden ocasionar alteraciones en la forma de interpretar la información que percibimos.
En la mayoría de los casos, el sujeto no es consciente de que interpreta de forma nociva, y estos razonamientos contribuyen a aumentar la sintomatología ansiosa.
Se produce un mecanismo de retroalimentación entre ellos.
En los trastornos de ansiedad, en general observamos como se interiorizan estos razonamientos como válidos y acaban generando diferentes síntomas de tipo cognitivo e intelectual como pueden ser:
- Dificultades para memorizar.
- Aprensión.
- Impaciencia.
- Problemas de concentración.
- Presencia de pensamientos negativos automáticos.
- Anticipaciones amenazantes.
- Dificultades de atención.
- Inquietud intensa.
- Sensación de temor generalizado.
- Visualización de imágenes nocivas.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Recelos y sospechas hacia los demás.
- Temor a que se den cuenta de nuestras dificultades.
- Baja autoestima.
- Preocupación excesiva.
- Pensamientos distorsionados.
- Susceptibilidad.
- Miedo intenso.
- Sensación de perder el control.
- Expectativas negativas.
- Inseguridad subjetiva.
- Rumiación excesiva.
La lista incluye algunos de los síntomas cognitivos más frecuentes aunque no significa que un mismo individuo los manifieste todos.
De igual manera, existen otros síntomas diferentes que pueden aparecer en los trastornos de ansiedad y que no hemos detallado.