La agorafobia y los ataques de angustia

Los ataques de angustia pueden acompañarse de agorafobia en algunos casos.

Los síntomas tan intensos que poseen las crisis de pánico, crean en la persona un gran miedo a volver a sufrir un ataque.

Esto provoca que se desarrolle una fobia o miedo intenso a enfrentarse a diferentes situaciones.

La agorafobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por el miedo intenso o aversión a los lugares públicos o sitios de dónde es difícil poder escapar.

El diagnóstico psiquiátrico, sería en este caso un trastorno de angustia con agorafobia, ya que aparecerían las dos categorías asociadas.

Las personas con agorafobia, sienten un temor intenso a encontrarse en lugares o situaciones de dónde creen que sería difícil escapar o no recibir ayuda si sufrieran una crisis.

El hecho de exponerse (o anticipar) a las situaciones temidas provoca:

  • Ansiedad y nerviosismo.
  • Ataques de pánico.
  • Temblores.
  • Sudoración.
  • Ritmo cardíaco acelerado.
  • Pensamientos negativos.
  • Mareos y vértigo.
  • Desmayo.
  • Dificultad para respirar.
  • Agitación motora.

La agorafobia y las crisis de pánico se pueden presentar asociadas

 

Si los episodios de crisis aumentan en frecuencia, el individuo va restringiendo cada vez más sus actividades y su bienestar se va limitando.

Este mecanismo que desarrolla para evitar situaciones amenazantes, es un sistema de aprendizaje erróneo que mantiene o empeora el problema.

Los pensamientos de miedo en la persona con agorafobia y ataques de pánico van dirigidos habitualmente a:

  • Miedo a desmayarse.
  • Miedo a tener un ataque al corazón.
  • Miedo a asfixiarse.
  • Miedo a perder el control.
  • Miedo a sentir miedo.
  • Miedo a estar solo.
  • Miedo a estar en lugares de los que no pueda escapar.
  • Miedo a que ocurra algo negativo.


El miedo, no solo aparece en el momento en el qué el sujeto debe enfrentarse a la situación temida. Los pensamientos negativos, se inician ya anteriormente cuándo la persona visualiza el futuro o la cercanía de una circunstancia similar.

El sujeto agorafóbico por ejemplo, puede empezar a sentir ansiedad anticipatoria cuándo se prepara para salir a comprar.

Sus sensaciones de miedo son elevadas, ya que anticipa unos resultados desastrosos si se expone a la situación.

 

El miedo y los síntomas ansiosos pueden ser más intensos durante la anticipación previa que durante la exposición al lugar temido.

Las conductas que realiza el sujeto para protegerse provocan que evite cada vez más situaciones. 

Es un trastorno que limita en cuantiosos aspectos a la persona ya que se trata de un problema bastante incapacitante para quien lo sufre.

 

Roser González

Licenciada en Psicología. Terapeuta Clínica. Master en intervención social y comunitaria.

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