Esquema o protocolo tipo para el Primer Encuentro

La persona que por primera vez concurre al Facilitador para el Control del Estrés en busca de ayuda, normalmente no tiene idea de cómo serán las cosas.

Por esto, inmediatamente después de los saludos correspondientes, se hace necesario que el Facilitador le explique cómo será la dinámica de ese primer encuentro.

Esto supone, naturalmente, que se tenga bien preparado el esquema o protocolo para esa sesión inicial.

Ahora bien ¿Cómo diseñarlo?

El criterio base parte de una premisa esencial para el control de la afección:

El estrés, es esencialmente “una experiencia” negativa para la salud; por lo que conviene que cualquier paliativo incluya “prácticas” saludables para contrarrestarlo.

 

Se propone un esquema orientativo de cuatro pasos consecutivos, y de una duración aproximada de una hora y media.

Primer paso

Se invita a la persona a indicar en un formulario sus datos personales y a responder un cuestionario. Esto se puede hacer en papel de forma manual, o a través de una plataforma digital móvil (como una tablet), dependiendo del criterio y las posibilidades del Facilitador.

De los datos personales, lo que más interesa al Facilitador (además del nombre, apellido y demás), son las vías de contacto (teléfono fijo, móvil, dirección de correo electrónico), ya que las necesitará permanentemente.

En relación al cuestionario que debe responder (bajo estricta promesa de confidencialidad), lo primero que debe decirse es que el mismo está orientado a proveerle al Facilitador gran parte de la información que necesitará para ayudar a la persona.

En el siguiente enlace se propone una ficha tipo, que incluye un cuestionario. Es solo un ejemplo ilustrativo que puede ser modificado o mejorado por el Facilitador.

Cuestionario Tipo

 

Sin embargo, a los fines pedagógicos, se sugiere leerlo enteramente (y eventualmente imprimirlo) antes de avanzar en esta lección.

Ahora bien. ¿Cómo interpretar las respuestas?

Sobre esto, se debe insistir en que es necesario que el Facilitador estudie las respuestas y eventualmente las investigue. La idea es interpretar lo que le sucede a la persona en cuanto a las causas que la estresan, y ayudarla a encontrar una salida satisfactoria.

Por ejemplo:

  • Si la respuesta a la pregunta 28 (“En su vida doméstica ¿Tiene algo que le perturba especialmente?”) fuera afirmativa, el facilitador debería indagar (en otra sesión) sobre los pormenores de la situación, y tratar de ayudar al paciente a lograr una resolución práctica de los elementos que lo estresan. Si fuera oportuno y conveniente, podría utilizar el esquema de Superación, Negociación, Delegación y Declinación, descrito en la Lección 13. Es claro que una situación, singularmente conflictiva y permanente en la propia familia, estresa a las personas.
  • Otro tanto debería hacer el Facilitador, apelando a los conocimientos ya adquiridos y a lo que pueda investigar, si la respuesta a la pregunta 18 (al despertar por las mañanas ¿Siente que ha descansado y revitalizado?) fuera negativa. No recuperarse después del sueño nocturno suele ser un indicio claro de que la persona no puede alcanzar un descanso óptimo a causa del estrés.

 

 

Segundo paso

Finalizado el cuestionario, se propone a la persona escuchar una breve síntesis grabada sobre los Síntomas y Causas del estrés, pidiéndolo que vea si se identifica con algunas de las descripciones que se hacen en el audio.

Para esto, el Facilitador puede recurrir, por ejemplo, al vídeo (o solo al audio) inserto en la Lección 2, o crear (sumamente recomendable) su propio material.

Este segundo paso, se justifica por dos motivos:

1- Favorecer que el individuo se interiorice sobre el alcance del Estrés y comprenda todos los factores que pueden estar en juego.

2- Considerando que muchas personas no saben cómo comenzar a describir lo que les sucede, el hecho de enterarse e identificarse con algunos síntomas del estrés, le puede ayudar a fijar un punto de partida al momento de expresarse ante el Facilitador.

 

 

Tercer paso

En efecto, luego de escuchar el audio o ver el vídeo, el Facilitador debe recordarle al paciente que, en adelante, ambos disponen de un tiempo para conversar. Conviene que ese tiempo no supere los cuarenta minutos.

Aquí, para iniciar el diálogo, el Facilitador puede recurrir a una simple consulta para que la persona comience a expresarse. Bastaría, por ejemplo, que le pregunte: ¿Se ha identificado con algunas de las cosas que se han dicho en el audio?

Sobre esto, la experiencia muestra que, tras la pregunta, la persona comienza a enumerar (a su modo) los aspectos con los cuales se ha identificado; y termina expresando muchas otras realidades de su vida, que la agobian, que no sabe cómo resolverlas, y que –en definitiva- la impulsaron a solicitar ayuda.

Y lo que sigue, de a poco, se va convirtiendo en una dinámica dialogal, de ida y vuelta, donde ambos (facilitador y paciente) interactúan y se expresan con toda normalidad.

La persona, profundizando los detalles de su situación.

El Facilitador, escuchando, preguntando, explicando o sugiriendo (según sus conocimientos) algunas nociones conceptuales, para reubicar a la persona en su ‘aquí’ y en su ‘ahora’ pero desde una perspectiva diferente y menos dramática.

De entre esas sugerencias, se propone a consideración del Facilitador –a titulo meramente enunciativo- algunos tópicos generales que ayudan a contrarrestar inclinaciones frecuentes en personas estresadas. No se trata de una receta, sino de simples orientaciones de ejemplo:

  • Considera que tu situación corresponde sólo a una etapa y date una tregua mientras tratas de resolverla. El estrés suele provocar que el paciente interprete su situación como definitiva.
  • No te adelantes a los acontecimientos. Camina un paso a la vez. Es una consigna orientada a frenar las múltiples elucubraciones e imaginaciones sobre el futuro que inquietan a quién está estresado.
  • Dale a cada cosa la proporción que tiene. Se trata de ayudar a la persona a transitar por un camino realista. Ni agrandando lo que es pequeño, ni disminuyendo lo que es importante.
  • Intenta ponerle un límite a tu jornada y date el tiempo para preparar tu descanso. Como se dijo, el descanso nocturno es clave para el control del estrés. Crear el ambiente y las condiciones previas para el buen dormir (higiene del sueño) implica ordenar elásticamente el tiempo nocturno, definiendo horarios y criterios para actividades y eventos (el aseo, la cena, el esparcimiento, la atención del teléfono, etc.). En algunos casos puede incluir infusiones relajantes o la prescripción médica de un ansiolítico o somnífero.
  • ¿Tendrías posibilidad de hacer caminatas placenteras en compañía de alguien? Fijar días y tiempos semanales para caminar (o ir al gimnasio) con un amigo o amiga, favorece la distensión corporal y fomenta el intercambio verbal de experiencias.

 

 

Cuarto paso

Como se señaló más arriba, “el estrés, es esencialmente “una experiencia” negativa para la salud; por lo que conviene que cualquier paliativo incluya “prácticas” saludables para contrarrestarlo”.

Esta consigna justifica, por ejemplo, por qué el facilitador debe ser amable, saber escuchar y participar del diálogo; o por qué conviene que el gabinete sea ambientado adecuada y agradablemente.

No se trata de una ‘puesta en escena’ sino de crear las condiciones favorables para ayudar. Es como decir: una experiencia negativa puede ser atenuada en su impacto pernicioso, por otras positivas y saludables.

En este marco debe entenderse el presente cuarto paso.

Finalizada la charla, se trata de invitar a la persona a hacer una breve experiencia agradable, a través de la escucha (con auriculares y los ojos cerrados) de un audio especialmente diseñado, mientras reposa silenciosa y cómodamente en el tercer sillón, mencionado en la lección sobre la preparación del gabinete.

A estos efectos, en el primer encuentro entre el facilitador y la persona, el audio en cuestión es de tipo genérico y sirve como base para los distintos audios específicos que se utilicen en encuentros posteriores, cuyo diseño y confección corresponden al facilitador.

En general, este tipo de audios (se los suele llamar sonidos saludables) duran entre veinte y veinticinco minutos.

El audio ejemplo que se ofrece al final de esta lección, dura solo trece minutos; y es conveniente que el alumno, antes de seguir avanzando en la lectura, lo escuche como si fuera un paciente

Es decir, en un sillón cómodo, con los ojos cerrados y con auriculares, prestando atención a la voz más que a la música de fondo.

 

Para la confección de los audios, se deben tener en cuenta dos aspectos importantes.

En cuanto al contenido, se distinguen tres partes:

  • Una suerte de introducción, donde se explica a la persona para qué le servirá el sonido que va a escuchar (como se puede apreciar en el audio ejemplo).
  • Unos minutos para ayudar a la relajación.
  • Y un último segmento (el más largo), destinado al tema específico de cada encuentro. Por ejemplo, si el Facilitador ha planeado para toda la tercera sesión abordar el tema de los miedos y temores que la persona ha manifestado en su momento, el contenido de este último tramo del audio se orientará sobre esa misma materia.

 

En cuanto a la estética de cada audio, conviene tener en cuenta que:

  • Se puede o no utilizar música de fondo. Pero, en caso de utilizarla, debe ser suave, agradable y no demasiado llamativa, ya que podría distraer la atención del oyente.
  • Para el parlamento (las palabras que se dicen) es preferible utilizar una voz humana (y no artificial) ya que son importantes tanto la entonación como las pausas.
Audio Muestra Primera sesión - 13 Minutos

WALTER EDGARDO ECKART

Estudios de Teología y Filosofía. Escritor. Facilitador para el Control del Estrés

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