Misiones del entrenador
Hay una serie de funciones que están especificadas en su contrato y que podríamos decir que son sagradas y que forman parte de sus derechos como entrenador y que están otorgados por ley.
Todos los entrenadores hemos firmado contratos y sabemos lo que ponen y nunca debemos renunciar a lo que nos pertenece por muchas presiones que recibamos.
Ya sabemos que en el mundo del fútbol hay personajes que les encanta ser entrenadores cuando no lo son, porque ni tienen la titulación correspondiente y mucho menos los conocimientos necesarios.
Una vez realizada esta pequeña introducción sobre las misiones del entrenador diríamos lo siguiente con relación a toda la labor que ha de realizar en un equipo.
- Fijar los objetivos a cumplir por el equipo.
- Planificar y dirigir las sesiones de entrenamiento.
- Establecer unas normas de comportamiento para el grupo y saber aplicar las sanciones correspondientes cuando estas se incumplan.
- Premiar siempre las acciones positivas que vayan encaminadas a beneficiar al equipo.
- Saber sacarle a la plantilla todo el rendimiento que es capaz de dar, tanto a nivel individual como colectivo.
- Colocar a cada jugador en el puesto que pueda rendir más y también saber adaptarlo con arreglo a sus condiciones individuales a otras demarcaciones donde pueda aportar un buen trabajo en beneficio del equipo.
- Elegir a los mejores jugadores para cada partido y eso no quiere decir que los mejores sean siempre los más dotados técnicamente, sino los que en ante la inminencia de un partido están en un momento óptimo de forma para hacer los más rentable posible su aportación al equipo.
- Entrenar tanto a nivel colectivo como individual, ya que a veces solamente se realiza un trabajo especifico con los porteros y también existen otras demarcaciones que son susceptibles de mejora si se trabajan de forma individualizada ó en pequeños grupos.
- Conseguir que los entrenamiento sean reales, es decir, lo más parecido a los partidos y para eso las sesiones de trabajo han de tener unos niveles de intensidad y exigencia mínimos. Hay una frase muy conocida en el fútbol y que es absolutamente cierta que dice: Se juega como se entrena.
- Estar con el equipo tanto cuando se gana como cuando no. Si se pierde es cuando más hay que apoyar al futbolista, animándole y enseñándole a asumir las derrotas para que sepa procesarlas y sacar conclusiones de ellas que le sirvan de ayuda para los siguientes partidos.
- No dejar nunca que el mal comportamiento de un futbolista pueda desestabilizar al grupo.
- Saber manejar y dirigir al equipo tanto a nivel individual como colectivo en los entrenamientos y en los partidos por igual. Si se entrena bien pero se dirige mal no vale y viceversa tampoco.
- Saber controlar el exceso de euforia cuando los buenos resultados se producen de forma continuada. Hay que saber preparar al equipo para cuando la derrota aparezca por que tarde ó temprano llega.
- Es muy importante trabajar con los futbolistas el aspecto de la concentración tanto en los entrenamientos como en los partidos. Muchas veces el jugador se distrae charlando con el compañero durante una sesión de entrenamiento ó durante un partido se preocupa más de lo que el público le dice que de la misión que debe de realizar en el terreno de juego. Estos aspectos y otros semejantes han de tenerlos muy en cuenta el entrenador para lograr que el futbolista esté plenamente concentrado en su trabajo y evite todo tipo de distracciones que perjudiquen la labor que ha de realizar.
- Conseguir una total implicación de los futbolistas en el trabajo que se realiza. Que nadie se encuentre al margen del equipo. Hay que inculcarles a todos los jugadores la idea de grupo, la importancia de la palabra equipo y todo lo que significa. Que todos tengan muy claro que el los objetivos que se establecen sólo se pueden conseguir con las suma de los esfuerzos de todos los componentes de la plantilla y que si hay alguien que no asume sus responsabilidades o se esconde a la hora de dar lo mejor que lleva dentro, a parte de perjudicarse a si mismo, también perjudica a sus compañeros que es mucho peor.
- El jugador tiene que saber siempre que el equipo es su mejor compañero, el que en todo momento está ahí para apoyarlo, el que nunca le va a fallar por que es el compañero más fuerte (su fuerza viene dada por la suma del esfuerzo colectivo), por lo tanto el futbolista ha de ser reciproco con el equipo y aportar todo lo que lleva dentro en beneficio del bien común.
- Antes de los partidos hay que ser lo suficientemente previsor para tener alternativas disponibles a determinadas situaciones que se pueden plantear durante el desarrollo del juego:
- Cambios por lesiones, sanciones, bajo rendimiento etc.
- Variantes o cambios en el sistema de juego utilizado
- Situaciones diversas, ejemplo, quedarse sin portero y tener que utilizar un jugador de campo...
- Otras posibles.
- Disponer de la información más detallada posible de la plantilla. Datos completos de los jugadores , físicos, técnicos, psicológicos etc...
- Información sobre los equipos contrarios. Todo aquello que se pueda considerar necesario para utilizarlo en la planificación y planteamiento de los partidos a disputar.