II. Inspiración. "Dios hablando"

La Inspiración. "Dios hablando"

 Si has leído la lección anterior ya sabes que nuestra vida, nuestra vivencia diaria, pide, requiere y solicita de forma urgente una respuesta y un lugar de refugio. Además, que no podemos hallar por nuestra cuenta ese lugar seguro. Que necesitamos que esa respuesta y ese refugio nos llegue desde fuera.

 Ahora veremos un poco el cómo. ¿Cómo habló Dios?, ¿dónde habló?.

 No hay sorpresa en lo que voy a decir, ya han visto el título del curso. Dios habla en la Biblia.

 Siempre hubo problemas, situaciones de conflicto y desorientación. Siempre necesitamos ayuda. Pero hubo ocasiones especiales. Momentos en los que Dios mismo tomó la iniciativa y se acercó. De alguna manera "elevó" a personas y les habló, les dió Su mensaje, Sus palabras. Esto es lo que se llama Inspiración.

 

 Hay varias maneras de entender esa inspiración. Veamos algunas:

1) Intuición: La idea es que de alguna manera hubo personas que por su propio poder, inteligencia, habilidad, han llegado a "entender" lo que está más allá de lo evidente, de las tormentas. Como habrás visto en la lección anterior este no es un punto de vista aceptable. Los resultados de este concepto son dos: a) uno se humilla ante un "superior", o peor, b) el "superior" se impone ante el más débil.

2) Éxtasis o dinámica: Es la idea de que Dios de alguna manera "ayudó" a ciertas personas, llevándolas a un extremo de intuición, de éxtasis. Es en ese estado alterado que algunas personas recibieron una "impresión" de una verdad y luego la plasmaron por escrito. Sigue siendo en definitiva una versión de la idea anterior, donde lo que se recibe tiene en gran parte un componente falible, por la capacidad limitada de la persona que da la revelación.

3) Dictado: En el otro extremo está la idea de que Dios habló de manera absoluta, "dictatorial" podríamos decir. En ese proceso la persona es de alguna manera eliminada y sólo interviene Dios quien "usa" a la persona.

4) Verbal-Plenaria: Es la postura clásica cristiana. Dios habla pero lo hace hablándole a una persona en una situación real y determinada, dándole una respuesta que va más allá de lo que se esperaba. La persona no "consigue" la información, la recibe. La persona no tiene dudas acerca de lo dicho, fue claro. La persona, ni su situación desaparecen. Es más, se sostiene que Dios intervino en esas situaciones y en esa persona, que la guió, la eligió y la preparó para ese momento. Entonces su validez va más allá de ese evento particular.

Dios habla pero lo hace hablándole a una persona en una situación real y determinada, dándole una respuesta que va más allá de lo que se esperaba.

 El peso propio de una inspiración Verbal Plenaria

Si es cierto que Dios habló, que lo hizo de forma clara. Que guió las palabras, las personas, la situación. Queda claro que no hay posibilidad de confusiones, o de verdades incompletas. Queda claro que lo que se dijo nos alcanza para salir de la tormenta.

1) Inerrancia: Se da a entender con esta palabra que el mensaje recibido está libre de errores, que lo que se recibió es cierto, valedero, valioso. Sí es cierto, se admiten verdades a medias, aproximaciones, en situaciones donde no hay peligro. Pero ante una tormenta ya no vale lo mismo la verdad que la mentira, nos pueden costar caro.

2) Suficiencia: Una palabra un poco olvidada pero que nos recuerda que esta guía es todo lo que necesitamos. No hay necesidad de seguir buscando en otros lados, ni de complementar o adicionar el mensaje.

 

 El contenido del mensaje.

 

 Estas palabras nos llegan, nos acompañan, nos guían y nos desafían. Nos salen al encuentro.

 

 

 En la próxima lección veremos la última clase, la última palabra. Hablaremos sobre la Iluminación.

 Los espero.