Autoconfianza y autoestima

 

Autoconfianza
Autoconfianza

Autoconfianza

"Ten fe en tu propio esfuerzo y en la propia confianza. Con el poder de los pensamientos puedes determinar tu destino".

Swami Sivananda, filósofo hindú.

 

Autoconfianza

La autoconfianza (confianza en sí mismo) es la íntima convicción de que uno es capaz de cumplir una determinada responsabilidad o de llevar a cabo exitosamente  una actividad por difícil que luzca. Es la actitud mental de confiar en uno mismo.

La autoconfianza puede manifestarse en la firmeza con que se toman decisiones o en la determinación para superar una situación compleja. En casos extremos puede confundirse con la audacia, la imprudencia e incluso, la temeridad, pero la racionalidad debe establecer los límites correspondientes.

La falta de confianza en sí mismo, lo contrario de la autoconfianza, es una falla de personalidad que afecta  a quienes se sienten inseguros de su capacidad para tomar decisiones o enfrentar situaciones que, a juicio de los demás, podrían enfrentar con éxito. En general, este rasgo personal suele ser juzgado como incompetencia.

Las personas que poseen un alto grado de autoconfianza son consideradas “seguras de sí mismas”, son capaces de decidir en condiciones difíciles, asumir riesgos y enfrentar retos para superar obstáculos o defender posiciones éticas o justas.

La autoconfianza tiene varios componentes: 

  • La fortaleza para actuar independientemente de la opinión de los demás, cuando uno está convencido de lo correcto de su posición.
  • La capacidad de expresar honestamente nuestros puntos de vista y opiniones, aún en situaciones en los que otros no las comparten, aceptando que también puede haber otros puntos de vista acertados.
  • La percepción interna de que uno tiene un valor en sí mismo como persona y que posee ideas propias, principios y capacidades al menos similares a las de sus colegas o pares.

 

Desarrollar autoconfianza

El desarrollo de la confianza en uno mismo comienza en la niñez y va conformándose a lo largo de la adolescencia y la juventud. Sin embargo, los experimentos de psicología social y el estudio de la vida de algunas personas célebres han demostrado que es un rasgo que siempre se puede desarrollar y su ausencia se puede superar con disciplina.  

Algunas acciones que conducen a incrementar la autoconfianza son

  • Fortalecer las competencias y conocimientos. La convicción de que se tienen las herramientas cognitivas para enfrentar los retos y asumir responsabilidades es uno de los componentes más importantes en la autoconfianza.
  • Generar confiabilidad. Hacerse una imagen bien cimentada de que uno es cumplidor de sus compromisos, además de crear una buena imagen pública, tiene un efecto psicológico positivo en la autoconfianza.
  • Mostrar compromiso. Involucrarse con entusiasmo en las actividades en las que se participe es un elemento estimulador del  ánimo constructivo y contribuye a la creación de autoridad moral para exigir una actitud similar de los demás.
  • Actuar con integridad. Basarse en la sinceridad y en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre nuestros valores y nuestro comportamiento.   

Estas consideraciones nos llevan al concepto de autoestima. La autoconfianza se relaciona con una fuerte autoestima.

 

Autoestima

La autoestima es la sensación de sentirnos aptos para enfrentar los retos que la vida presenta. Implica reconocer y valorar lo que uno es y lo que puede llegar a ser.  Es juzgarnos a nosotros mismos capaces de aprender, de convivir, de escoger nuestro destino. Es una evaluación positiva de si mismo.

La auto estima consiste en la capacidad que tiene una persona de aceptarse a sí mismo, valorarse y  apreciarse. Es autoafirmación, conciencia de nuestra propia valía como personas.

La autoestima influye en las emociones y sentimientos de la gente, su percepción de los demás y del mundo. En consecuencia, también influye en su pensamiento. 

La alta autoestima no debe confundirse con la soberbia o la arrogancia de sentirse superior a los demás. No debe basarse en comparaciones o sobrevaloración de nuestras competencias, sino en la valoración sincera de las capacidades que todos tenemos y estamos en la necesidad de desarrollar.

La forma en que nos vemos a nosotros mismos con respecto a nuestro potencial y a nuestras aspiraciones afecta de manera importante todos los aspectos de nuestra experiencia existencial. Nuestro comportamiento frente a los demás, nuestro desempeño en el trabajo, las posibilidades de desarrollo intelectual e incluso nuestra actuación en el amor o el sexo están relacionados con nuestra autoestima.

Tener una autoestima apropiada tiene una gran importancia. Las personas con baja autoestima, tienen poca confianza en sí mismas, pueden tener una vida social poco activa o sentirse rechazados, pueden tener miedo a la intimidad, le temen a experimentar nuevas situaciones y corren riesgo de sufrir depresión e incluso, caer en el abuso del alcohol o las drogas.

La persona con alta autoestima posee los siguientes rasgos:

  • Sabe que es digna de respeto.
  • Se siente orgullosa de lo que hace y cuando comete un error sabe que es parte de su aprendizaje y que no hay que avergonzarse.
  • No se compara con los demás ni basa su satisfacción en una supuesta superioridad.
  • Tiene confianza en que puede lograr lo que se propone.
  • Está consciente de sus limitaciones, pero es capaz de aceptar retos y asumir responsabilidad por sus actos.
  • Enfrenta los problemas con decisión y segura de que encontrará soluciones.
  • Actúa independientemente, pero consciente de su interdependencia con los demás.
  • Puede recibir la crítica sin sentirse ofendido o subvalorado.

Cuando alguien muestra señales de que se siente superior a los demás, sobrevalora sus propios méritos o capacidades y trata de rebajar a otros para auto alabarse se dice que tiene una “exceso de autoestima”. Esta actitud en realidad identifica un desajuste psicológico que puede ser un complejo de inferioridad. 

 

Desarrollo de la autoestima

1) Aceptarse a uno mismo. Asumir que uno es lo que es, ni más ni menos. Comprender que uno es singular e irrepetible: con sus virtudes y talentos, con sus limitaciones y debilidades. Es importante comprenderse a sí mismo y estar de acuerdo con la persona que uno percibe que es. Esto implica aceptarse en cuanto a su aspecto físico y su capacidad intelectual, sin dejar de proponerse lograr lo mejor de uno mismo.

2) Identificar nuestras fortalezas, virtudes, capacidades. Los aspectos positivos de nuestra personalidad son la base de la autoestima y hay que recordarlos frecuentemente para utilizarlos en  la construcción de una personalidad equilibrada.

3) Identificar las causas de nuestras fallas para corregirlas. Sin desarrollar sentimientos de culpa o complejo de inferioridad. Las imperfecciones físicas o fisiológicas no deben ser obstáculos para llegar a ser lo que queremos. Sobran en la historia las personas destacadas a pesar de haber sido ciegos o sordos, tener dificultades para caminar o cualquiera otra dificultad.

4) Proponerse retos personales y esforzarse en superarlos. Se trata de dedicarse a ser mejor cada día en algún aspecto: aprendizaje, relaciones sociales, desempeño en el trabajo, vida familiar, participación ciudadana, etc.

5) Efectuar autoevaluaciones periódicas. Hacer seguimiento del progreso individual en materia de autoestima. Con la mayor objetividad verificar cuanto hemos avanzado en la adquisición de ese sentimiento de valía personal. Saber cómo nos va y cuánto hemos progresado es fundamental para mantener los esfuerzos y la motivación.

 

Importancia de la autoconfianza y la autoestima

La visión íntima que tenemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades es sumamente importante. Es un factor determinante en el éxito o el fracaso. El juicio que tenemos sobre nosotros mismos se transmite a los demás: como nosotros nos veamos tiende a convertirse en la forma en que los demás nos ven.

Muchas fallas personales, tales como el bajo rendimiento en los estudios, la ineficiencia en el trabajo, la dificultad en las relaciones sociales, el miedo a expresar las ideas, la inmadurez emocional y los fracasos en las relaciones íntimas suelen ser atribuibles a una autoestima deficiente.

Tener una baja autoestima hace que una persona se sienta inútil o inadecuada para vivir en sociedad, que manifieste su inseguridad ante los retos de la vida, que desarrolle un sentimiento de culpa y se reduzcan sus oportunidades de ser feliz. Una autoestima positiva permite  sentirse apto para la vida, es decir, confiado en la propia valía.

 

Ejercicio para pensar

¿Existen diferencias entre autoconfianza y autoestima? ¿cuáles son?

¿Cuáles son las consecuencias de no tener plena confianza en sí mismo o tener baja autoestima?

 

Para un desarrollo más extenso del tema ver el curso “Autoestima”, en la sección “Psicología” de AulaFácil.

Jose Ramón Solano

Master of Engineering Management

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