Tratamientos para los trastornos del sueño

Finalmente, el tratamiento de los trastornos de sueño es un proceso que dependerá del tipo de patología, las causas, sintomatología y severidad. Asimismo, con base en Esteban, Zamorano y Goncalvez (2005), los métodos que se implementan son medicamentos, cirugías, modificación del ambiente, psicoterapias, higiene del sueño, técnicas de relajación muscular, intención paradójica, control de estímulos, etc.

A continuación se presentan algunos tratamientos con sus respectivas patologías:

Siguiendo a Esteban, Zamorano y Goncalvez (2005), los pacientes que sufren de insomnio pueden rehabilitarse con medicamentos, sobre todo cuando es de tipo agudo o dura menos de 1 mes, y en el caso de ser crónico, se realizan tratamientos psicoterapéuticos y de higiene de sueño.
Con base en Montserrat y Puertas (2015), en su libro “Patología Básica del Sueño”, en los pacientes que sufren de apnea del sueño o trastornos respiratorios que fragmentan o interrumpan el proceso de dormir, se pueden implementar medidas como no dormir boca arriba porque esto genera que los músculos de la garganta se relajen demasiado y se obstruya la vía respiratoria. Por otro lado, los médicos colocan en los pacientes algunas mascarillas nasales que se conocen como CPAP (presión positiva continua de la vía aérea) que impiden la relajación excesiva de los músculos de la garganta, lo cual beneficia el proceso de dormir. Adicionalmente, de acuerdo con Chokroverty (2011) otras estrategias son bajar de peso, no fumar y evitar el alcohol. Y por último, cuando existen inflamaciones, como en la amígdala linfática o cualquier órgano de la garganta, se implementan procesos quirúrgicos para extirpar órganos o agentes patógenos que estén provocando dificultades respiratorias.
En el caso de parasomnias como las pesadillas o terrores nocturnos, lo que se busca con el paciente, en el primer trastorno, con base en la “Guía clínica de práctica clínica sobre trastornos del sueño en la infancia y adolescencia en atención primaria” (2011), evitar estímulos aversivos como películas de terror y realizar un entrenamiento de visualización o de la imaginación donde se le enseñe a la persona a cambiar el contenido del sueño aterrador.
Y en el caso de los terrores nocturnos, siguiendo la Guía clínica de práctica clínica sobre trastornos del sueño en la infancia y adolescencia en atención primaria” (2011) realizar una psicoeducación a los padres para que no despierten al menor cuando presente el episodio, evitar consumir muchos líquidos, como también tratar otras patologías como fiebre que pueda generar o empeorar el mismo. Adicionalmente, en ambos casos también se puede remitir a un profesional de la medicina para que recete algunos medicamentos que puedan ayudar al paciente, como también suspender el consumo de los mismos (si son los causantes), una vez que se ha realizado un examen físico apropiado.

Por favor, observe los siguientes vídeos del Instituto Neurológico de Colombia, sobre higiene de sueño: