Las relaciones con los otros
La relación que los niños y niñas mantienen con sus iguales va a marcar, casi del mismo modo que la relación que éstos tienen con su familia, el desarrollo psicológico y académico en la edad de infantil.
Los niños/as a esta edad, conciben a los amigos únicamente como compañeros de juego. Sus relaciones se caracterizan por ser inestables, menos duraderas y más cambiantes que en etapas posteriores.
En los dos primeros años los niños/as se sienten atraídos por y prefieren interactuar con compañeros semejantes a ellos en edad, sexo, y comportamiento.
Eligen como amigos a los niños/as que se comportan de manera más positiva, es decir, que comparten, interactúan o ayudan y a los mejores compañeros de juego, rechazando a los que se comportan de forma desagradable con ellos, riñen, pelean o les quitan los juguetes.
Las riñas se dan en numerosas ocasiones debido a la falta de comunicación verbal que presentan y a la incapacidad de esperar turnos.
Durante estos dos años iniciales de la vida de los bebes, las relaciones que mantienen con otros niños o niñas son siempre diádicas, es decir, vamos a poder ver dos bebes compartiendo juego, por lo que en esta edad no va a ser posible detectar un número elevado de bebes compartiendo juego, cosa que si será posible entre los 2 y los 6 años.
Del mismo modo, las relaciones entre compañeros de juego serán esporádicas, por lo que el bebé no tendrá un mejor amigo sino que se adaptará al bebé que tenga más cercano, bien sea en el jardín de infancia o en la casa, las relaciones estarán marcadas por los adultos, ya que son los que establecen la aproximación con otros bebes.
A partir de los 2-3 años las interacciones con un amigo se suelen caracterizar por un mayor número de intercambios sociales positivos, más cooperativos, ofreciendo y solicitando ayuda, dando consuelo y, en general, podremos observar más comportamiento prosocial fruto del desarrollo evolutivo y de los intercambios sociales vividos.
En estas edades podemos encontrar lo que se denomina como jerarquía de dominio.
Esto quiere decir, que el juego se basa en una jerarquía de quién somete a quién o quién coge antes algún juguete.
Además de por la jerarquía de dominio, los grupos de niños y niñas incluyen redes de contacto, de manera que cada uno ocupa un lugar respecto al resto de los miembros del grupo, en función de la aceptación o no que reciben de los demás.
En definitiva, respondiendo a la pregunta de si se puede hablar de amistades entre bebes, podemos decir que no existe amistad, sino que son contactos de interés.