La memoria

Como hemos visto anteriormente, los bebes desde los primeros días de vida son capaces de reconocer olores, reaccionan ante cambios de estímulos o ante un idioma u otro e incluso a la cara de un extraño, por lo que todas estas reacciones requieren de la utilización de la memoria.

Desde sus primeros días los bebes son capaces de registrar en su memoria algunos acontecimientos, aunque sin duda se tratan de estímulos o situaciones muy sencillas y de huella mnésica breve y frágil y la huella que dejan estos estímulos están aún muy lejos de lo que llegará a ser después de unos años.

Aunque, podamos decir que bebes de unas pocas semanas dan uso a su memoria, no es hasta los 3 o 4 meses cuando los bebes evidencia que retienen una huella mnésica hasta pasado dos semanas, esto se incremente en bebes de 6 meses que, según estudios, pueden acordarse de determinadas situaciones o estímulos durante un periodo de hasta seis semanas.

La memoria irá incrementándose a medida que los bebes van creciendo y sus capacidades cognitivas se van haciendo más complejas.

Los ejercicios de memorización son muy comunes debido al tipo de aprendizaje que se da en las escuelas, sin embargo las tareas de memorizar y recuperar información nos va a ser de gran utilidad en el día a día.

Está demostrado que los niños y niñas alcanzan mejores resultados memorísticos en ambientes lúdicos y a través de la metodología del juego, debido al interés y la motivación que esto supone para ellos.

Otro de los factores que explica la capacidad memorística en los niños y niñas de estas edades es el mismo contexto donde se desenvuelven, ya que va a ser más fácil recordar la información de situaciones y objetos conocidos por ellos que las nuevas.

Por lo que el conocimiento previo que posean en relación al contexto determinará la adquisición y recuperación de información.

Por lo anteriormente expuesto, es por lo que niños y niñas van a ser expertos en relatar datos autobiográficos ya que su día a día es lo que mejor van a poder relatar debido a los factores de motivación, contextualización y conocimiento que convergen este tipo de información.

La memoria autobiográfica empieza desde muy temprana edad, así si le preguntamos a un niño/a de dos o tres años de edad que hizo por la mañana, va a ser capaz de contestar que fue al colegio y si le seguimos preguntando obtendremos respuestas de las actividades que desarrollo, como “estuve jugando con mi amigo” o “la seño cantó una canción”.

Sin embargo, ningún adulto es capaza de evocar recuerdos antes de los 3 años de edad, es lo que se conoce como amnesia infantil.

Esto se debe a que el mismo desarrollo infantil presenta un gran avance a esta edad.

Para tener recuerdos biográficos, deberemos tener conciencia de que somos una persona en torno a la cual ocurren sucesos, por otro lado el desarrollo del lenguaje en esta edad proporciona la narrativa y la conciencia de cuándo, cómo y dónde y por últimos a la edad de 3 años los niños/as empiezan a resaltar sucesos novedosos y a mostrar interés por unas situaciones más que por otras.

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