El desarrollo de la Psicomotricidad
El termino psicomotricidad engloba una interacción triádica entre la cognición, las emociones y el movimiento y la importancia que tiene esto para el desarrollo de la persona, así como la capacidad para expresarlo y relacionarse con el ambiente en el que el niño/a está inmerso.
El niño recién nacido y de unas pocas semanas aún no tiene la capacidad de controlar su propio cuerpo, debido por un lado, a que no es maduro cognitivamente para ello y por otro, se debe a que no tiene una representación mental de su cuerpo, esto se traduce en movimientos en forma de sacudida que afectan a las extremidades y falta de control de la fuerza con la que ejerce esos movimientos.
Los músculos del recién nacido presentan falta de fuerza para controlar los movimientos de la cabeza por lo que se le cae hacia los lados si no está sujeta o no puede mantenerse sentado.
Al final de la primera infancia, el niño/a presenta un notable cambio.
Sus movimientos son voluntarios y coordinados, es capaz de andar y corretear.
Este cambio tan notable se lleva a cabo según la lógica de dos leyes fundamentales:
- Ley céfalo-caudal del control corporal: se refiere a que se controlan antes las partes del cuerpo que están más próximas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo. Por lo que se llega a controlar antes el cuello que el tronco. Esto lo podemos apreciar cuando un bebe está en la cuna y empieza a levantar la cabeza para mirar a su alrededor o porque reacciona ante un sonido, sin embargo aún es incapaz de mantenerse sentado.
- Ley próximo-distal del control corporal: se refiere a que se controlan antes las partes más próximas al eje corporal que las más alejadas. Por lo que se controla antes los hombro, después las articulaciones del codo, muñecas y por último las manos y dedos. Los músculos de las partes del cuerpo más alejado al tronco son también más pequeños por lo que necesitan de una mayor precisión para un adecuado uso de ellas. Por lo que más adelante el niño podrá ir cogiendo objetos entre el índice y el pulgar, lo que se denomina “pinza” y que servirá de base para la escritura en un futuro.
Este proceso madurativo va enriqueciendo el bagaje de lo que se ha llamado psicomotricidad fina, concepto complementario del de psicomotricidad gruesa, propio de los bebes, relacionado con la coordinación de grandes grupos musculares implicados en los mecanismos de la locomoción, el equilibrio, y el control postural global.