Condiciones óptimas para su práctica
El lugar debe estar bien ventilado para evitar la respiración de un aire viciado.
Debe ser un lugar sin ruido, que nos proporcione paz y que todo nuestro entorno sepa que durante ese tiempo no se nos puede molestar.
El momento ideal para practicarla es por la mañana al despertarnos y por la noche antes de dormir, pero cualquier momento del día es perfecto y válido.
Por la mañana, antes de abrir los ojos, esta práctica nos permitirá enfrentarnos al nuevo día con fuerza y buen humor, por la noche antes de dormir te proporcionará una mejor calidad de sueño y por tanto de descanso.
El vestuario debe ser muy cómodo, que no apriete y que no te impida la respiración profunda.
La duración variará dependiendo del tiempo del que dispongas y del entrenamiento que tengas.
Es importante saber que se puede adquirir un estado de relajación profundo en un breve espacio de tiempo, o dedicar una hora, o más si es preciso, a la relajación.
La frecuencia es importante al ser constantes y practicar la relajación todos los días, primero para comenzar a sentir sus beneficios y luego, para mantenerlos durante toda nuestra vida.