Calidad de vida en la vejez

Con el termino calidad de vida nos referimos a la calidad del envejecimiento, y ésta es elegible en la medida que elegimos tanto individual como socialmente las condiciones en las que vivimos, nuestras actitudes y nuestra forma de comportamiento.

Es una combinación de aspectos objetivos y subjetivos donde lo "objetivo" depende del individuo (utilización y aprovechamiento de sus potenciales intelectual,emocional y creador) y de las circunstancias externas (estructura socioeconómica, socio-psicológica, cultural y política) que interactúan con él.

Lo "subjetivo" se refiere más a la satisfacción del individuo, el grado de realización de sus aspiraciones personales y a la percepción que él o la población tengan de sus condiciones globales de vida, traduciéndose a un sentimiento positivo o negativo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) concibe la calidad de vida como la percepción del individuo de su posición de vida en contexto de cultura y sistema de valores en los cuales vive en relación con sus objetivos, expectativas, patrones y preocupaciones.

Por otro lado, se ha comprobado que la calidad de vida va estrechamente relacionada con la participación social, es decir, se la entiende como la satisfacción que experimentan los individuos como resultado de su participación en las actividades que realizan en el medio familiar, laboral y social, en los cuales ejercitan sus capacidades humanas y desarrollan su personalidad.

 

Salud, dinero y amor, la esencia de la calidad de vida

De unos años hacia aquí, se ha ido creando la ilusión de que lo fundamental para alcanzar la buena vida residía en elevar los niveles de ésta, sobre todo en la satisfacción de las necesidades materiales. Es lo que viene siendo una visión de la vida “economicista”y “consumista”. La buena vida era sinónimo de bienestar material de los ciudadanos, y este, a su vez, se consideró dependiente de forma absoluta de lo bien que estuvieran las cosas en el Estado y la macroeconomía.

La salud y el bienestar identificados el uno con el otro, sin dejar de ser necesidades reales, se han erigido en metas de consumo.

Un ejemplo de consumismo en la salud se refiere a la dependencia respecto a medicamentos que muchas veces pueden ser sustituidos por otros procedimientos, pero que el paciente evade ya que prefiere ingerir una píldora y no afectar el curso de sus actividades cotidianas.

Los sistemas de salud cambiaron la situación sanitaria en los países desarrollados, y la posición del individuo, que ahora comenzó a tener acceso a servicios que antes eran exclusivos de las clases más altas.

El crecimiento científico, el avance del conocimiento y la creación de sistemas sanitarios cada vez más abarcadores, colocaron a la ciencia médica ante algunos dilemas, en especial el problema del acceso y la equidad en salud.

Los límites de la acción médica dejaron de ser naturales, para tornarse ahora "humanos" y "tecnológicos".

En este contexto se va integrando un concepto de calidad de vida con una serie de componentes, entre los que destaca el espiritual, el religioso, el psicológico, el cultural, el afectivo, el social, el económico, el laboral y el físico.

Así hemos llegado a una elaboración conceptual que considera la satisfacción de las necesidades materiales como elementos de gran importancia, pero que no reduce la calidad de vida a los mismos.

sam

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