Fobia específica

Consideramos una fobia como el miedo intenso a un objeto, animal, actividad o situación concreta.

Por ejemplo, el miedo a volar, a las alturas, a los insectos, a las arañas, a los espacios cerrados, a las inyecciones, a la sangre, al agua, a la oscuridad, a los gérmenes, etc. 

El sujeto con una fobia diagnosticada como trastorno, no siente un miedo lógico, sino un miedo irracional que provoca estados de ansiedad muy intensos.

La persona que padece una fobia específica, siente verdadero pánico si anticipa un supuesto contacto con el objeto o situación que le genera el temor.

Esta situación puede ocasionar que el sujeto sufra verdaderos ataques de angustia y que su vida cotidiana se vea afectada.

La aerofobia, es el temor fóbico a volar

 

Es habitual que este miedo irracional a estar expuesto a la situación amenazadora, provoque en el sujeto una serie de cambios físicos, cognitivos y conductuales.

Entre los signos físicos frecuentes destacaríamos la sudoración excesiva, la frecuencia cardíaca y la tensión muscular.

Una consecuencia muy típica en  las personas con fobias, es que acostumbran a desarrollar conductas de evitación.

Las conductas de evitación, son aquellos comportamientos que el sujeto realiza con el objetivo de protegerse del miedo que siente.

Están muy relacionadas con el pensamiento de anticipación ansiosa del que hablamos en lecciones pasadas.

El temor acusado que siente, le empuja a manifestar comportamientos de evitación de situaciones, objetos o actividades. 

Estas conductas evitativas pueden alterar el funcionamiento el bienestar en el trabajo, en la vida social y familiar.

No todas las fobias resultan igual de limitantes para todos los afectados.

Por ejemplo, en el caso de una persona con fobia a volar. Si se trata de un sujeto que no necesita subir a un avión en ninguna ocasión, la afectación no sería la misma que en un deportista de élite que necesita continuamente volar hacia diferentes países para competir.

 

Los pensamientos, juegan un papel notable en las fobias.

La persona puede desarrollar momentos de ansiedad significativos solo con pensar en estar expuesto a la amenaza.

Pongamos como ejemplo el caso anterior de una persona con fobia a volar (aerofobia). El miedo a volar en avión es común. Los pasajeros habitualmente sienten una cierta inquietud al despegar y aterrizar. Las personas que sufren aerofobia sienten un miedo tan intenso que les impide planear un viaje en avión o muestran un elevado malestar y ansiedad con sólo anticipar un viaje futuro. Esta sería la gran diferencia entre sentir un miedo lógico y una fobia. 

 

Las fobias específicas, son un trastorno psiquiátrico común y existen numerosas terapias.

Especialmente efectivas resultan las terapias cognitivo-conductuales que se centran en modificar los pensamientos previos y las conductas de evitación.

Entre las fobias más frecuentes destacamos a modo de ejemplo (citados en el DSM.IV):

  • Animales: temor a animales o insectos como arañas, serpientes, ratas, perros, pájaros, etc.
  • Situacionales: temor a espacios cerrados, a túneles, a transporte público, aviones, coche, etc.
  • Ambientales: por ejemplo temor a las tormentas, relámpagos, contaminación, fuego, alturas, etc.
  • Salud: temor a la sangre, inyecciones, al atragantamiento, a la muerte, etc.

Roser González

Licenciada en Psicología. Terapeuta Clínica. Master en intervención social y comunitaria.

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