Teoría Triangular de Sternberg. Componentes del amor
Las diferentes investigaciones de Sternberg, da como resultado una configuración factorial del amor, compuesta por tres componentes: “la intimad”, “la pasión” y la “decisión-compromiso”.
La intimidad se refiere a “aquellos sentimientos que se dan en una relación humana y que fomentan la proximidad, el vínculo y la conexión” (Sternberg J.L., 2000).
Este concepto se compone de diez elementos
-Deseo de promover el bienestar de la persona amada
-Sentimiento de felicidad junto a la persona amada
-Gran respeto por el ser amado
-Capacidad de contar con la persona amada en momento de necesidad
-Entendimiento mutuo
-Entrego de uno mismo y de sus posesiones a la persona querida
-Recepción de apoyo emocional por parte de quien amamos
-Entrega de apego emocional a la persona amada
-Comunicación íntima con la persona amada
-Valoración de la persona querida
La pasión es en gran medida “la expresión de deseos y necesidades, tales como la autoestima, la afiliación, el dominio, la sumisión y la satisfacción sexual. El orden de prioridades de estas diversas necesidades varía de una persona a otra, de una situación a otra y de un tipo de relación amorosa a otra. Por ejemplo, es probable que la satisfacción sexual sea una necesidad de preeminente en las relaciones románticas pero no en las paterno-filiales. Estas necesidades se manifiestan a través de la excitación psicológica y fisiológica, a menudo inseparables” (Sternberg J.L., 2000).
La “pasión” a diferencia de la “intimidad”, es cualitativamente mucho más intensa, pero de duración extremadamente breve, en algunos casos inclusive efímera, puesto que prospera en base al refuerzo intermitente, siendo muy fuerte al inicio de la relación, luego se mantiene latente y puede ser recuperada nuevamente. Para los varones “la pasión está asociada a los deseos sexuales con más intensidad que en las mujeres, mientras que para ellas la pasión se relaciona con la protección, la pertenencia y la sumisión” (Sternberg J.L., 2000).
El componente decisión/compromiso del amor consta de dos aspectos uno a corto plazo y otro a largo. El aspecto a corto plazo consiste en la decisión de amar a cierta persona, mientras que el aspecto a largo plazo lo constituye el compromiso de mantener ese amor. Ambos aspectos de la decisión/compromiso del amor no tiene por qué darse necesariamente al mismo tiempo. La decisión de amar no siempre implica un compromiso hacia ese amor. Por extraño que pueda parecer, el caso contrario también es posible, es decir, la existencia de un compromiso en una relación en la que no se ha tomado la decisión de mar, como ocurre en el caso de los matrimonios concertados. Algunas persona se ven comprometidas amarse sin ni siquiera haber confesado su amor. Sin embargo, la mayoría de las veces la decisión suele preceder al compromiso. En efecto, la institución matrimonial representa una legalización del compromiso otorgado a una previa decisión de amar a otra persona durante toda la vida (Sternberg J.L., 2000).