¡NUEVO! Desconfía de tus Ojos

Vivimos en un momento de la historia en el que domina lo visual. La generación actual ya aprende y se informa más a través de Youtube que mediante textos escritos, e incluso los textos escritos van acompañados de infografías. Siempre se ha dicho que "una imagen vale más que mil palabras"... pero, ¡cuidado! Esto no es cierto, lo que pasa es que una imagen es más fácil de registrar. 

Al igual que los números, también las imágenes se muestran como apoyo de la información mediática, pero no como información mediática en sí misma. Rara vez se muestra una imagen o una secuencia acompañadas de la instrucción "extrae tú mismo las conclusiones". Lo que se hace habitualmente es ofrecer la interpretación y a continuación se muestran las imágenes, casi como prueba irrefutable de que lo que se ha dicho es cierto. No obstante, al igual que los números, también las imágenes pueden decir la parte de realidad que le interesa a una línea editorial particular.

En fotoperiodismo existen algunas reglas básicas, como no dirigir la escena, no alterar la foto en posproducción más allá de los fines estéticos y no cambiar los contextos. Pero no hace falta pensar en fotomontajes que muestran algo que no ha ocurrido, los cuales son ilegales; existen otras formas menos evidentes e igual de eficaces.

​​​​En muchos casos, las imágenes que acompañan una información mediática son conocidas como imágenes de archivo. El archivo es como un banco de todo medio de comunicación, donde se guarda la información pasada, ya usada o no, a la espera de un posible uso en el futuro. De este modo, cuando se están dando noticias sobre un tema, es probable que las imágenes que se muestran sean tomas de tiempo atrás. Por eso, por ejemplo, es tan frecuente que cuando se da una noticia sobre investigación biomédica aparezca una imagen de una persona pipeteando.

Normalmente, los medios están obligados a indicar cuándo las imágenes son de archivo; sin embargo, no es un dato en el que el espectador suela reparar. Precisamente por esta práctica, las secuencias de imágenes pueden estar completamente descontextualizadas, mostrando realidad muy ajenas a la información que se ofrece. Un caso muy conocido fue sobre una noticia relacionada con la situación política y social de Venezuela, que se acompañó con una fotografía de maltrato policial en Egipto; en principio, la intención capciosa puede parecer muy evidente, pero es una práctica legítima, ya que aunque la fotografía no estuviera en el contexto del país, sí lo estaba en el contexto de las revueltas sociales y la acción del gobierno. Es en esa ambigüedad donde se mueve la manipulación.

Otra estrategia de la manipulación fotoperiodística es captar sólo un fragmento de la realidad. Parece lógico pensar que no se puede captar toda la realidad con unas pocas imágenes, pero esto es muy diferente de buscar directamente las imágenes que están más de acuerdo con el titular que se busca. Es muy frecuente el uso de esta estrategia en la documentación de manifestaciones en las que hay disturbios puntuales, para ser presentadas como manifestaciones violentas.

Como vemos, en ninguna de las estrategias descritas se están violando las reglas del fotoperiodismo.

Samuel Cañadas Santiago

Profesor de Ciencias y Doctor en Neurociencia y Comportamiento

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