Transición de SECUNDARIA a la UNIVERSIDAD
Consideraciones para el desempeño estudiantil en el nivel universitario.
En el inicio de un nuevo nivel educativo y sus nuevas pautas de actuación, muchos/as estudiantes no logran pasar los nuevos obstáculos que se presentan, y la típica queja que se escucha es: “nadie me avisó”, “nadie me dijo que esto era así”.
La vida de estudiante en la universidad es muy diferente a la del nivel anterior. Muy pronto se notan:
- Cambios en la cantidad de tiempo libre.
- Diferencias en cómo los docentes dan las clases.
- Diferencias entre lo que espera un docente universitario de los estudiantes y lo que espera un docente de Secundaria.
- Las pruebas son menos frecuentes que en Secundaria y abarcan muchos más temas.
- Hay menos control y supervisión familiar.
Antes de considerar las principales diferencias entre el nivel de Secundaria y el nivel Terciario o Universitario, presentaremos cuatro avisos importantes, para evitar que alguien pueda decir “a mí nadie me avisó”.
1er AVISO.
NO confiar en lo que hasta ahora dio buenos o muy buenos resultados en Secundaria.
Un buen o muy buen estudiante del nivel pre-universitario será un aprobado o casi aprobado, si continua con los mismos métodos, preparación de trabajos y hábitos de estudio que utilizó en Secundaria.
Todos quienes inician el nivel Terciario ya han experimentado grandes desafíos al pasar del Jardín de Infantes a Primaria y de Primaria a Secundaria. Pero el paso de Secundaria a la Universidad, unido a los preconceptos, mitos, miedos, prejuicios y una vida alejada de la familia y sus afectos, en el caso de estudiantes que tienen que trasladarse lejos de sus hogares, hacen que la adaptación lleve mucho más tiempo.
Se dice, y es verdad, que los cursos universitarios tienen más exigencia académica. ¿Por qué esto es así?
El producto final de Primaria, el egresado escolar, sirve a los gobiernos para la estadística de alfabetización a nivel nacional, regional, etc.
El producto final de Secundaria, el egresado de ese nivel, sirve a los gobiernos para demostrar un aumento o mejora en el nivel cultural del país.
El producto final de la Universidad, sin embargo, el profesional que egresa, es lo que se juega cada gobierno, cada nación a nivel nacional o internacional. Un gobierno, a través del Ministerio de Educación, no puede emitir títulos sin la mínima garantía de un futuro desempeño profesional satisfactorio.
Hay riesgo de prisión (en casos como abogacía, notariado, etc), de demandas (en casos como arquitectura, ingeniería, etc.), de vida y de demandas (en casos como medicina, odontología, etc.), y por lo tanto la responsabilidad del gobierno en la preparación de los profesionales es muchísimo mayor.
Cualquier gobierno se juega mucho porque está emitiendo certificaciones para personas que van a actuar en la sociedad.
Por otra parte, una vez emitido el título profesional, el gobierno se desentiende de tareas como actualización, superación profesional, etc. ya que las considera inherentes al título.
Por lo tanto, la impericia, la mala práctica o desactualización de un profesional son responsabilidad del mismo profesional y no se puede responsabilizar a su formación.
2º AVISO.
La Universidad NO es la continuidad de Secundaria.
Se trata de una experiencia totalmente nueva, muy distinta y que requiere nuevos métodos de estudio y de organización en la vida personal.
¿Qué diferencias importantes existen entre el sistema de Secundaria y la Universidad?
Hay muchas diferencias, el problema es que si esas diferencias no se aclaran, hay que aprenderlas “a golpes”. Y “aprender a golpes” significa no aprobar el 1er año y no poder pasar a 2º, o no aprobar una prueba de admisión en alguna dependencia de la Universidad.
Muchos estudiantes que inician cursos universitarios dudan respecto a su capacidad intelectual cuando se enfrentan con todo lo que hay que leer para las materias del curso.
Cuentan las páginas de la bibliografía obligatoria y se desesperan ante la idea de “memorizar” todo. Otro gran cambio es que no se debe dejar el estudio para el último momento. Una prueba no puede estudiarse en los días previos, como muchos estudiantes hacían en Secundaria. Se trata de asimilar la nueva información y no sólo de ingresarla. Se debe entender, elaborar y procesar la información.
En Secundaria el estudio es básicamente memorístico y los resultados generalmente son buenos con este procedimiento. En la Universidad el estudio es por comprensión y para lograrlo hay que cambiar la estrategia de estudio.
El estudiante que ingresa en un curso terciario generalmente cree que hay una respuesta correcta a los diversos planteamientos, que el conocimiento es un conjunto de reglas, que los docentes son autoridades que conocen las respuestas apropiadas y que la enseñanza está basada en las explicaciones que un docente autorizado transfiere a los estudiantes. En resumen, están convencidos que se trata de un conocimiento “recibido”.
Ante la nueva situación es fundamental, entonces, un cambio en la actitud aprendida en las etapas anteriores del sistema educativo y lograr responder con evidencias que sustenten los puntos de vista, distinguir las pruebas de peso de las que no lo son y ver en el docente un recurso experiente que enseña procedimientos para razonar y realizar comparaciones.
Es necesario aprender el OFICIO de ESTUDIANTE universitario. El estudiante de nivel terciario recibirá INFORMACIÓN de docentes y diversas fuentes. Esta información se transformará en CONOCIMIENTO. Hay que lograr que ese conocimiento se transforme en SABER y será así cuando se pueda hablar de un tema en palabras propias y se pueda aplicar en la práctica.
3er AVISO.
La clase universitaria cumple una función ORIENTATIVA.
La clase a nivel universitario aporta ideas nuevas y deriva a la bibliografía obligatoria. Un punto muy importante, esencial, es el siguiente: si bien cada docente universitario tiene la obligación de explicar los contenidos y objetivos de su asignatura, el estudiante universitario no debe pretender que se desarrolle absolutamente todo durante el curso.
El docente expondrá durante la clase puntos clave, información de importancia, para que luego el estudiante se enfrente solo con la bibliografía recomendada y la someta a su propio criterio.
El estudiante debe investigar, profundizar en el tema, ampliar en diferentes fuentes. Por lo tanto, decir: este docente no explica bien, no entiendo nada, o echarle la culpa al docente, no sirve de nada.
A muchos les resulta difícil, muy difícil aceptar esto, porque vienen de años previos donde los/as docentes están formados para explicar cada parte del programa y ante una prueba escrita con alguna pregunta desconocida, se podía alegar que ese tema “no lo dimos en clase”.
En el nivel terciario, esto ya no funciona así y hay que tomar conciencia de este gran cambio. En Secundaria la función docente fue necesaria durante el recorrido académico. En el nivel Terciario y Universitario se trata que la función docente sea cada vez más innecesaria.
4º AVISO.
Ante un mal desempeño, NO culpar al docente
Si el desempeño académico personal como estudiante no es el esperado, NO tiene sentido echarle la culpa al docente. El/La docente universitario/a orienta para que los/las estudiantes tomen las decisiones que correspondan.