Comenzamos a sembrar
Veamos: ya hemos limpiado el terreno, hemos analizado el campo en el que se va a ubicar nuestra huerta, se ha involucrado a todos los niños y niñas, y se ha diseñado la distribución de todos los elementos que vamos a necesitar en nuestro huerto... ha llegado uno de los momentos más bonitos y divertidos de las tareas que requiere un huerto escolar: la siembra.
Para elegir entre todos y todas las participantes qué plantas sembrar podemos comenzar con la lectura de un breve texto.
A continuación os presento el siguiente cuento:
A partir de la lectura de este cuento, y teniendo en cuenta el desarrollo evolutivo y edad de nuestro alumnado, podremos guiar las conclusiones a través de cuestiones tales como: ¿por qué y cómo nació la agricultura?, ¿qué importancia tiene la agricultura para nuestra alimentación?, ¿qué tipo de agricultura conocéis?...
Ahora, podemos realizar una pequeña “lluvia de ideas” para recoger los productos que más consumen provenientes de la huerta. Aprovecharemos este momento para fomentar hábitos de alimentación saludable.
Una vez que tengamos la lista de los alimentos “favoritos” de nuestro alumnado deberemos tener en cuenta una serie de criterios para la elección de los cultivos:
- Deberemos elegir cultivos sencillos, ya que al ser nuestro primer año, es mejor escoger hortalizas que sepamos que van a ser un “éxito” casi seguro.
- Debemos tener en cuenta el calendario escolar. Para ello nos informaremos de si las plantas tienen un ciclo de crecimiento corto, medio o largo, y hacer el cálculo a partir de la siembra.
Para ello, os ofrezco a continuación un enlace en el que podréis ver las necesidades básicas de cada planta y los meses propicios para su siembra.
- Plantas que favorezcan la posibilidad de realizar talleres y actividades complementarias, como es el caso de las plantas aromáticas.
- En la agricultura ecológica es importante reflexionar sobre la asociación de cultivos, para saber qué plantas son beneficiosas si se plantan unas cerca de otras.
- La orientación del huerto respecto a la sombra y el sol es un aspecto clave y debemos valernos del él para trabajar con los niños y niñas la distinción entre especies heliófilas y heliófobas.
- Si hay vientos muy fuertes debemos construir un abrigo con piedras o un seto para paliar la acción del viento. Lo mismo deberemos hacer en caso de que exista la posibilidad de heladas.
A continuación os ofrecemos un listado de las especies que pueden ser aptas para cultivar en un huerto educativo: patatas, cebollas, lechugas, alcachofas, habas, berenjenas, zanahorias, remolacha, tomates, acelgas, pimientos, fresones, ajos, judías verdes, calabazas, calabacines, girasol...
Así mismo, os recomendamos la siembra de plantas aromáticas como son el romero, la salvia o la menta. Además del cultivo de flores como por ejemplo, las caléndulas.
Una vez que tengamos elegidas las especies que vamos a cultivar, os propongo que organicemos al grupo en tantos grupos como especies hayamos elegido.
Una vez hecha la distribución, cada equipo de trabajo puede encargarse de rellenar una sencilla, pero útil ficha. La ficha, por supuesto, se adaptará a las condiciones y edad de cada grupo. Os la muestro a continuación:
De esta manera favoreceremos que nuestro grupo se acerque y familiarice con las familias hortícolas y comiencen a distinguirlas y a adentrarse poco a poco en los conocimientos botánicos, tan útiles a la hora de planificar y gestionar una huerta sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
