Nuestro suelo
Ahora es el momento de analizar con el alumnado el tipo de tierra. Para ello podemos valernos de actividades propicias para el alumnado de Educación Infantil, Educación Primaria y Secundaria.
Las actividades (2, 3, 4 y 5) son ideas extraídas del libro “Guía del huerto escolar” de Carlos Romón.
1. Comparamos diferentes tipos de tierras.
Dividimos al gran grupo en grupos más pequeños, y les entregamos un bote y una cuchara. Deben buscar por el patio y alrededores diferentes tipos de suelo y recoger una muestra.
Después cada grupo vierte sobre una superficie la tierra recogida y en gran grupo vamos analizando sus propiedades: color, humedad, textura...
2. Análisis de los suelos a través de la observación.
A través de la observación directa el grupo deberá rellenar una ficha, y a través de la misma extraer conclusiones y propiedades del suelo que vamos a trabajar.
En la tabla para guiar la observación se propondrán cuestiones como: ¿hay charcos?, ¿crecen plantas en él?, ¿se pega la azada?, ¿se ven animales?, ¿se puede moldear?, etcétera.
3. Decantación de componentes del suelo.
Propuesta para alumnado de Educación Primaria y Secundaria.
Por grupos, en una botella introducen una muestra de diferentes tipos de suelo (cada grupo un tipo diferente) y se añade agua hasta llenar la botella. Ahora se pone el tapón y se agita la botella, se coloca boca abajo y se espera a que los elementos se vayan colocando en función de su densidad.
Quitamos el tapón y dejamos que el agua salga poco a poco. De esta manera podemos analizar el tipo de tierra y podemos hacer estudios teniendo en cuenta por ejemplo el peso.
4. Determinación de la acidez del suelo.
Para comprender mejor el concepto de acidez, previamente podemos realizar mediciones del grado de acidez por ejemplo con el zumo de un limón, vinagre, jabón o bicarbonato.
Para ello podemos utilizar el caldo resultante de cocer una lombarda, ya que se trata de un indicador natural. Si este caldo cambia de color a rojo es que es ácido y si cambia a verde o azul es que es básica.
Os presentamos un vídeo sobre cómo realizar este pequeño experimento.
5. Medición de la acidez del suelo.
Para realizar esta práctica deberemos añadir un poco de tierra recogida del suelo de nuestro huerto en un cubo, le añadiremos agua y lo removemos.
Ahora es el momento de introducir una tira medidora de ph e interpretar el color que ha adoptado la tira.
A partir de este análisis podemos seguir experimentando añadiendo a la mezcla sustancias alcalinizadoras como son el bicarbonato o cenizas, o elementos que acidifiquen el suelo, como es el compost recién hecho.
6. Textura de la tierra.
Actividad indicada para Educación Infantil y Educación Primaria.
Para conocer cuál es la textura de la tierra que tenemos entre manos en nuestra huerta os proponemos una práctica muy sencilla. Hacemos un churrito con la tierra:
- Tierra arcillosa: se hacen churritos delgados.
- Tierra arenosa: no se forman churritos y la tierra es granulosa.
- Tierra limosa: no se forman churritos y la tierra es finita.
7. Presencia de materia orgánica.
Esta actividad es apropiada para el III ciclo de Educación Primaria y para Educación Secundaria.
Se coge un poco de tierra en una plaquita de vidrio y se añaden unas gotas de agua oxigenada (peróxido de hidrógeno).
- Si la muestra burbujea: existe presencia de materia orgánica.
- Si la muestra no burbujea: no hay materia orgánica.
Para finalizar os presento un enlace en el que se ofrece información para conocer si la tierra de nuestro huerto es fértil o no, y para conocer qué tipo de tierra predomina en el mismo.