Refracción de la luz
La palabra refracción procede del latín refractus (quebrar).
En Física a quebrar no se le da el sentido de quebrar → romper sino el de quebrar →desviar:
Observa la fotografía siguiente:
Ves que el lapicero una vez en el agua parece que se ha quebrado, se ha desviado.
En un partido de fútbol hay muchos intentos de desviar con el pie de un modo rápido la dirección que sigue el balón (driblar):
De un modo muy simple lo representamos:
El rayo que supuestamente llega del aire e incide en el agua se desvía ¿de quién? de un eje perpendicular a la superficie del agua que llamamos normal.
Cuando la luz pasa de un medio refringente (que es capaz de refractar o desviar la luz) a otro más o menos refringente.
Cuanto más refringente sea el segundo medio por donde se va a desplazar el rayo de luz más se aproximará a la normal.
El líquido del segundo recipiente es más refringente porque el rayo de luz una vez refractado se aproxima más a la normal.
El ángulo de incidencia (i) vemos que es mayor que el de refracción (r) en ambos casos.
Cuando tiene que recorrer un camino con más dificultad elige el más corto.
Si pasara de un medio a otro, pero éste menos refringente, por ejemplo del agua al aire, el efecto sería opuesto, el refractado se apartaría más de la normal:
¿Por qué sucede este fenómeno?
Porque la velocidad de luz disminuye a medida que aumenta la refracción del medio por donde pasa.
Tienes a continuación una fotografía. En ella hay dos vasos iguales y en cada uno y en la misma posición hay una moneda de 1€. Si el primer vaso fuera de un material opaco, dada la posición del observador y de la moneda a ésta apenas la ve, pero si el vaso estuviese lleno de agua sí la ve debido a la refracción (el observador no se ha movido sólo hay una foto):
5.9 ¿Podrías explicar lo sucedido con un sencillo dibujo?
Respuesta y Solución
En el momento de que el rayo llega al agua se refracta pero la moneda la vemos en la prolongación puesto que los rayos de luz se propagan en línea recta.
5.10 Mi íntimo amigo Sabin (Sabino), aunque murió, no en mi recuerdo, cuando éramos adolescentes y salidos de una guerra civil (no hay una guerra buena y dejan muy malos recuerdos para siempre), muchos gatos y perros le conocían en el pueblo. Las piedras que lanzaba con la mano o tirachinas alcanzaban sus objetivos con una precisión increíble.
Siempre nos preguntábamos ¿cómo es posible que no le “damos” nunca a un pez aunque estuviese quieto un par de segundos? Tampoco Sabin, y esto sí que nos llamaba la atención sobre todo a él. Lo comprendimos unos años después. ¿Qué nos sucedía?
Respuesta: Lo intentábamos con el pez que no era.
Observa las figuras siguientes:
Como comprenderás apuntábamos al pez que “no era”, al que veíamos.
Gracias a nuestra ignorancia en Física algunas loinas y bermejuelas prolongaron sus vidas.