La Financiación Interna
La financiación interna o autofinanciación es una financiación creada por la propia empresa al retener todos o parte de los beneficios obtenidos. Estos se destinan para dotar de reservas y previsiones para evitar el recurrir a la financiación externa.
Se distingue entre:
- Autofinanciación bruta o global: constituida por los medios de financiación totales que la empresa genera y que suponen un aumento directo en el patrimonio neto.
- Autofinanciación de enriquecimiento: se origina por la retención de beneficios producidos por la empresa, y la autofinanciación de mantenimiento está formada por los fondos que dejan intacto el patrimonio de la empresa, como las amortizaciones contables y provisiones.
Utilizar recursos que proceden de la autofinanciación de la empresa ofrece una serie de ventajas frente a la financiación externa:
- Para las PYMES puede ser la única forma de financiación, ya que las instituciones financieras exigen fuertes garantías a los prestatarios.
- Es un principio sin coste.
- Mejora la solvencia de la empresa.
- Proporciona mayor autonomía porque la financiación externa supone un alto grado de dependencia y requiere tiempo.
Pero también tiene inconvenientes, la autofinanciación disminuye el valor del dividendo a repartir y , por tanto, la rentabilidad por dividendos, reduciéndose así la cotización de las acciones de la empresa.
Por otro lado, al financiar nuevos proyectos de inversión utilizando las reservas, y debido a la falta de coste explícito de esos recursos, la autofinanciación es menos exigente respecto a la rentabilidad de las inversiones que han de financiar que cuando se usa la financiación externa.