Disuasión y anticipación
Tampoco podrá ser imitada la empresa que utilice eficazmente los fenómenos de disuasión y anticipación. Ambos sirven para minar la moral de los competidores, haciéndoles ver que la imitación no es el camino para alcanzar unos resultados importantes.
Con la disuasión se emplea el susto, la amenaza de venganza y tomar represalias ante la empresa que imite los métodos de la empresa líder. Pero no cualquier empresa puede usar este método, ya que para asustar a los competidores deberá contar con la capacidad suficiente para hacerlo, además de hacérselo notar a los posibles imitadores, en forma de capacidad financiera y económica, de almacén, ... Suele llegarse a una guerra de precios, ya que la empresa líder tiene capacidad para asumir la obtención de menores beneficios, que ahogarían la economía de su competidor, puesto que en su caso los costes podrían llegar a ser superiores a los ingresos en caso de que el precio que alcance sea muy bajo.
Es el caso ocurrido en España con la entrada de Amena , meses después de la liberalización del sector de la telefonía móvil. Y es que Amena irrumpió en el mercado con precios sensiblemente inferiores a los que ofrecían en ese momento Movistar y Vodafone (entonces Airtel).
Y con el mismo objetivo de evitar la imitación puede una empresa emplear la anticipación, consistente en ocupar los nichos de mercado existentes en su sector antes de que lo haga otra empresa. De esta forma, a veces solamente estratégica, se evita la entrada de nuevos competidores o la mejora en el posicionamiento de competidores ya existentes.