Ayudarles a sacar de la mente los traumas que los aquejan
El yoga para los niños genera un aporte muy valorado y hay muchos centros de esta disciplina que hacen cursos infantiles, donde la edad mínima es tres años.
Desde los tres años hasta los siete se enseña de una forma más didáctica y con eso se van realizando las posiciones.
Con los más grandes se trabaja a través de juegos, porque son más activos.
El yoga mejora la capacidad de concentración, la postura, relaja y equilibra la flexibilidad y energía, por eso se considera una forma de vida más que una disciplina, ya que ayuda en muchos aspectos de la vida y hace vivirla de forma más saludable.
Lo importante es aprender a respirar en forma consciente, sintiéndolo en forma tranquila y pausada.
Cuando se logra este efecto en los niños, los resultados son increíbles, ya que, se generan grandes avances en su concentración y les ayuda a mejorar la comunicación con los demás e incluso están más atentos y participativos en clase.
Además es bueno que los niños lo practiquen porque muchas veces los problemas que aparecen en la vida adulta vienen de la etapa infantil, y a través de la meditación del yoga se puede sacar de la mente de un pequeño los traumas que lo aquejan.
Las clases para los niños deben ser más cortas que las de los adultos, pueden durar entre 45 minutos y una hora, debido a que no tienen el mismo nivel de concentración que un adulto; en cuanto al método de enseñanza, éste comienza suave para ir incrementando la dificultad a medida que el niño avance al ritmo de cada uno.