Yoga como terapia

Desde hace años se ha demostrado que la práctica del Yoga favorece al desarrollo de las técnicas antes mencionadas, y contribuye a una acelerada recuperación física y mental en la depresión post parto, ya que esta disciplina mejora el sistema cardiorespiratorio, disminuye la tensión arterial, baja los niveles de colesterol y toxinas, y favorece el control de peso y la autoestima.

Asimismo, también nos ayuda a mejorar la calidad de vida y a fortalecer el sistema inmune.

La práctica del Yoga aumenta la resistencia al estrés, la capacidad de concentración y el nivel de serotonina, sustancia que requiere el cuerpo para mantener el equilibrio mental.

Las técnicas de yoga actúan directamente sobre el sistema nervioso.

Las posturas, la respiración, la meditación y la relajación activan el sistema parasimpático, lo que produce una relajación física, emocional y mental, que activa los procesos curativos del organismo.

 

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Combate el agotamiento

El mayor beneficio de la práctica del yoga es que se amplía la consciencia más allá de lo físico, permitiéndonos entrar en un estado de relajación profunda.

Se dice que 15 minutos de relajación profunda equivalen a varias horas de sueño normal.

Estas técnicas de relajación consciente son de gran ayuda en la época del post parto, un momento en que vemos alteradas las horas del sueño normal por las necesidades de alimentación de nuestro bebé.

Gracias a las técnicas de relajación del Yoga podemos recuperarnos de manera más rápida y efectiva durante los periodos de mayor agotamiento.

 

Previene la depresión post parto

 

La práctica del yoga fortalece el sistema nervioso.

Es considerada como una eficaz herramienta para mantener la calma y la serenidad, y así disfrutar al máximo de los primeros meses de la vida del bebé. 

El yoga ayuda a combatir la depresión post parto, mientras influye de manera positiva en el estado anímico y mental, y ayuda a desarrollar un estado de paz y bienestar que también beneficiará al bebé.

 

Ayuda a recuperar la figura

Las asanas o posturas de yoga son movimientos lentos que mantienen el cuerpo en diferentes posiciones.

Estas posturas aportan flexibilidad y firmeza en forma de estiramientos y resistencias musculares a todas las partes del cuerpo.

Con las asanas, el cuerpo se recupera más rápidamente del parto, tanto si ha sido parto natural como si fue cesárea.

Al practicar yoga durante 30 minutos al día se queman muchas calorías, lo que nos ayudará a recuperar nuestra figura.

Además, fortalecerá tanto los músculos abdominales, que han quedado distendidos; como los músculos vaginales, si es que el parto ha sido natural, con unos ejercicios muy similares a los ejercicios de Kegel, llamados Mulabandha (llave de la raíz).

 

Fortalece la espalda

Amamantar al bebé o alimentarlo con biberón pasan factura a la espalda.

Las posturas de Yoga ayudan a fortalecer y relajar la espalda, los hombros y el cuello.

Previene la tendinitis, fortalece las muñecas y los brazos, y nos prepara para que nuestro sistema músculoesquelético no se resienta al alimentar y cuidar al recién nacido.

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