Nuestra mayor preocupación Post Parto
Tras un parto, lo más habitual es que nuestro cuerpo quede con algunos kilos de más, la piel se vuelve más flácida e hinchada y nuestras caderas más anchas.
Una serie de cambios que hacen que la inmensa mayoría de las mujeres nos sintamos mal con nosotras mismas tras dar a luz.
Muchas mujeres, ahora mamás, comprobamos con pesar que, al mirarnos al espejo de perfil, nuestra figura ya no es la misma que antes. Provocando tristeza y muchas veces enojo porque todo en nosotras cambió.
Sin embargo, es posible recuperar nuestra figura.
Lo primero que suele preocuparnos es recuperar la tersura y tono de nuestro abdomen, pero hay que ir poco a poco.
Nuestro cuerpo ha sufrido muchas trasformaciones y antes de ponernos a trabajar los músculos de nuestro abdomen, conviene recuperar los músculos que más perjudicados han quedado tras el parto: los del suelo pélvico.
Es decir, aquellos que nos permitieron empujar y que nuestro bebé viera la luz.
Por ello, una vez pasados los días de reposo tras el parto, debemos ponernos “manos a la obra” para volver a ser las mismas de antes.
Lo podemos lograr con dedicación y esfuerzo.