Aportación de la lateralidad en los procesos de escritura y lectura

La organización de la lateralidad incide de forma directa en diferentes aspectos de maduración neurofuncional que se relacionan directamente con los procesos lectoescritores y, por ende, con su exitosa consecución:

Funciones visuales: la lateralidad visual permite que la visión de los dos ojos esté integrada y coordinada desde el ojo dominante para captar la información escrita en la lectura y para dirigir la acción gráfica en la escritura.

Funciones auditivas: la lateralidad auditiva permite que la información que perciben los dos oídos esté integrada y coordinada desde el oído dominante para captar de forma correcta los mensajes lingüísticos y no lingüísticos.

Funciones táctiles: la lateralidad manual facilita el reconocimiento de objetos a través del tacto y facilita la integración sensorial de lo que se observa, se oye y se toca. 

Sentido espacio-temporal: la correcta lateralidad y ubicación lateral de las funciones psicológicas y la transmisión interhemisférica permite para interpretar el mundo en las coordenadas espacio-temporales e utilizar la direccionalidad de izquierda y derecha.

Coordinación visual y motriz: la lateralidad manual y visual facilita la coordinación coordinación ojo–mano, imprescindible para leer y escribir mediante en postura correcta.

Control manual y del trazo: el establecimiento de la lateralidad manual permite al niño escribir con la mano dominante, lo cual facilita la calidad del grafismo y la velocidad de la escritura.

 

Después de ver la importancia que tiene el correcto desarrollo de la lateralidad en los procesos de lectura y escritura. ¿Cómo determinamos si nuestro alumnado tiene una correcta lateralidad?