Coaching, ¿herramienta o proceso?
El coaching es una herramienta para el desarrollo de las personas y de las organizaciones que nos ayuda a descubrir nuevos caminos, otras formas de enfrentarnos a los problemas y conseguir nuestros objetivos. El coaching como herramienta implica una ayuda en un momento concreto.
Por otro lado, podemos considerar el coaching no solo como herramienta, también como proceso, pero eso implica que el coaching es una ayuda continuada.
El inicio de un proceso de coaching comienza estableciendo un objetivo, que es lo que se quiere conseguir, y finaliza cuando el objetivo ha sido logrado. Mientras esto se cumpla, un coach puede realizar varios procesos de coaching.
Por tanto, visto desde esta perspectiva, las herramientas hacen que se alcance la meta final, ya que el proceso de coaching termina cuando se consigue el objetivo. Estas herramientas son, por ejemplo, el análisis DAFO, la psicología positiva, la ontología del lenguaje, las terapias de movimiento corporal y las técnicas de respiración, entre otras.
El proceso de coaching consiste en una serie de pasos:
- Fijar la relación entre el coach y el coachee, basada en la confianza y la confidencialidad.
- Definir las necesidades del coachee, analizar de forma clara el problema e identificar el objetivo.
- Desarrollar un plan de acción, establecer los pasos a seguir, la metodología y la frecuencia de las sesiones.
- Fijar las bases del seguimiento, medir los resultados del plan de acción para cerciorarnos de que nos acercamos a la meta final.
- Retroalimentación entre coaching y coachee, comentar los resultados, corregir y mejorar.
El éxito del proceso de coaching no se puede garantizar porque no depende solo del coach y de las herramientas utilizadas, también depende del coachee.