Miedo escénico
El miedo o terror escénico en la comunicación se basa principalmente en la reducción de la efectividad comunicacional y en la parálisis de las expresiones corporales y gestuales del orador. Esta reacción impide que el emisor transmita el discurso principalmente por miedo al fracaso o al ridículo.
Ese terror no es más que el fruto de los pensamientos negativos del orador que pueden llevarle a un malestar físico que le impida realizar su función comunicativa.
Algunos de los síntomas más frecuentes en situaciones de terror escénico son:
- Sequedad en la boca.
- Respiración acelerada.
- Sudoración excesiva.
- Tartamudeos.
- Afonía.
- Dolor de cabeza.
- Mareos.
- Fatiga o dolor estomacal.
Controlar nuestra mente en situaciones públicas no es fácil. La presentación en público y control del miedo escénico requiere un gran esfuerzo y dominio de estrategias que pueden ayudarnos a superar esta situación y evitar sufrir un cuadro de miedo escénico.
Algunos consejos o técnicas recomendadas para controlar el miedo escénico son:
- Positividad: lo primero de todo es evitar cualquier pensamiento negativo del tipo no podré, no me va a salir bien. Es necesario ser fuertes y repetirnos a nosotros mismos mensajes cargados de positividad como, soy capaz, lo voy a conseguir o tengo la capacidad y lo voy a demostrar.
- Visualizar el éxito: debemos imaginar al público en posesión de una actitud y disposición positiva, es decir, interesado y motivado por nuestro discurso.
- Imaginar o buscar una persona en el público que nos genere confianza o tranquilidad: buscar entre la audiencia una persona que nos aporte tranquilidad o confianza y dirigir hacia ella las miradas e imaginar que el discurso está siendo expuesto para ella. En caso de no encontrar ese rostro amigable entre el público, imaginar a alguien de nuestro entorno al que no nos cueste explicarle cómodamente nuestro contenido.
- Ejercicios de relajación: previos a la presentación son muy aconsejables. Respirar profundamente llenando los pulmones, mover los brazos y hombros para liberar tensiones y hacer ejercicios con la lengua para ejercitarla antes de salir al escenario o atril.
Estas indicaciones ayudarán a lograr un clima de confianza y relajación claves para que nuestro discurso sea un éxito.