La lectura

La lectura es el mayor reflejo de comprensión de un texto tanto para uno mismo, como para el auditorio al que nos dirigimos. El modo en el que leemos e interpretamos un texto influye directamente en la atención que el público u oyente presta a nuestro discurso.

Ejercicio de la lectura

 

Por ello, debemos tener en cuenta los signos de puntuación de los que consta un texto, ya que nos marcarán las pautas de entonación adecuadas que darán mayor sentido y énfasis a la lectura.

Los signos de puntuación, interrogación y exclamación son los principales:

  • La coma: cuando en un texto llegamos a la coma, es importante que el tono que adquiramos hasta llegar a ella sea ascendente, es decir, las comas se leen en ascendente. 

Ejemplo: Algunos de mis compañeros, son demasiado habladores.

  • El punto: cuando en una oración llegamos a un punto, es importante que por el contrario a la coma, éste sea descendente. Es decir, los puntos tanto seguidos como apartes se leen en tono descendente. Únicamente marcaremos con mayor caída el punto y final para que el oyente sea consciente de que el texto o discurso ha finalizado por completo. 

Ejemplo: Algunos de mis compañeros, son demasiado habladores. Nunca me permiten interrumpir su conversación.

  • Las exclamaciones: cuando en un texto se enfatice alguna expresión o frase, nuestro tono debe ser también enfático.

Ejemplo: ¡Qué bella es esta pintura!

  • Interrogaciones: cuando en un texto debamos leer una pregunta, es importante marcar bien la interrogación para que el público u oyente sepa que se está haciendo una pregunta sobre algo, y con ello, que la distinga claramente del resto de las oraciones.

Ejemplo: ¿Qué podemos aportar nosotros?

 

Estos signos de puntuación constituyen las inflexiones de un texto, que junto a la expresión gestual y corporal permiten al público mantenerse atento e interesado en el discurso que estamos emitiendo, evitando con ello la pérdida de atención o la monotonía.

 

Del mismo modo, es importante tener en cuenta las dos formas de lecturas existentes en función del público presente o no en la sala.

  • Lectura ante un público presente: en este caso no sólo debemos limitarnos a realizar las inflexiones anteriormente señaladas, sino que debemos dirigir nuestra mirada tanto hacia el público allí presente como hacia el guión o panel que tengamos delante. No debemos limitar nuestra mirada únicamente hacia el discurso escrito ya que gran parte de la comprensión de un texto reside en la interacción con el público.

Ejemplo: Profesor ante su clase o mitin político.

  • Lectura ante un público indirecto: este tipo de lectura permite al emisor sentirse más relajado y pendiente del discurso, dado que su expresión corporal o gestual no se refleja ante el público u oyente. Sin embargo, este tipo de lectura no implica que el emisor no deba estar atento a las inflexiones de la lectura, es más, debe incluso prestarle más atención, ya que de ellas dependerá la total captación del mensaje por parte del oyente.

Ejemplo: Locutor de radio.

 

María Bengoa Puente

Periodista freelance- Redactora- Locutora- Community Manager y Social Media Manager

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