La disciplina en los Mercados Financieros

¿Qué es la disciplina? La RAE no nos lo deja muy claro pero, a mi modo de ver, se podría decir que es cumplir las leyes y las órdenes o, dicho de otra forma, hacer lo que hay que hacer, a la hora que lo haya que hacer teniendo ganas o no. En nuestra actividad cotidiana es necesaria la disciplina pero imprescindible en la inversión pues supondrá la diferencia entre el éxito y el fracaso. Ya sé que es difícil, nadie dijo que el éxito fuera fácil de conseguir pero también es complicado gestionar nuestras emociones y, si nos ponen a prueba, somos capaces de conseguirlo. Fíjate, todo el mundo repudia la disciplina pero anhela los resultados que proporciona.

La Disciplina en los Mercados Financieros marcará nuestro devenir bursátil y nos hará tener claro un plan de inversión conciso y plenamente estudiado. Definirá las posibles incidencias en nuestro camino actuando con rigor en los contratiempos del escenario financiero.

Aunque sea repetitivo, el capital inicial debe de ser aquél que sepamos que no nos va a hacer falta en un futuro próximo. Pues como el viento en el Mar de los Mercados Financieros no siempre soplará a nuestro favor, habrá momentos que nos hará incurrir en pérdidas o tendremos que vender los activos de nuestra cartera en el momento menos propicio.

La definición de un método, unido a una estrategia y un plan preciso de inversión nos deben de acompañar en todo momento en nuestra travesía por el mundo de la Bolsa. Este método no se expondrá al Mercado real hasta que se demuestre su eficacia en un entorno simulado más sencillo. Si empieza a funcionar, le incorporamos desafíos adicionales. De esta forma, lo iremos amoldando a nuestra estrategia y modo de trabajo hasta que nos satisfagan sus resultados. No olvidemos, es verdad, que los simuladores no plantean de forma realista la mayoría de los retos psicológicos asociados a tener el dinero propio invertido. Fíjate, sin embargo, en una cosa: si ni siquiera eres capaz de ejecutar tu estrategia en un entorno simulado no mires ni de lejos al Mercado real; si no eres capaz de seguir una disciplina simulada debes, tienes, que cambiar pues una falta de disciplina te puede llevar a una falta de confianza.

Una mala estrategia nos conducirá a resultados mediocres, variables y hasta deficientes y esto lleva a que los beneficios sean nulos o negativos, entonces nos hemos equivocado. Sin pensarlo dos veces, cambiamos de método si esto nos ocurre pues si seguimos insistiendo en lo mismo llegaremos a la frustración y esta dará lugar a resultados aún peores.

Una vez que hemos dedicado nuestro tiempo a la simulación pasamos a la siguiente fase que es tomar contacto con el devenir diario de la misma forma como si de nuestra cartera personal se tratara. Insisto en que el uso del simulador no equivale plenamente a la experiencia real de la gestión de una cuenta en el mundo real. He conocido a más jugadores que inversores que han empezado en la Bolsa de forma real y han aprendido, lo reconozco, pero a un precio demasiado alto por no haber expuesto su método estratégico a un simulador. Al no acompañarle la experiencia los errores les vienen uno detrás de otro, pero claro, al final aprenden después de estrellarse sobre las bandas como si de una bola de billar se tratase. No importa, cada uno aprende como quiere pero no le queda otro remedio que aceptar que sin disciplina en los Mercados no hay éxito.

Nuestro método tiene que incluir, sin remedio, unas instrucciones muy específicas por si en un momento determinado comienza a fallar nuestro plan, revisarlo sobre la marcha sin perder el norte de la operativa. No hay nadie en este mundo que posea un método efectivo en su totalidad, no hay método que no presente en sus resultados rachas de pérdidas y aquí actúa, de nuevo, la disciplina. Comprar es fácil, vender complicado y si es en pérdidas ¡ni os cuento!

La disciplina nos hace vender en cualquier momento sin tener en cuenta si estamos en pérdidas o en ganancias, nos hace vender porque nuestro sistema dice que hay que vender. Si el sistema plantea una salida y el inversor no sale esperando a que el Mercado se vuelva en su dirección, pues, amigos míos, las pérdidas pueden ser indefinidas. Sabéis de qué hablo ¿verdad? Si manteniendo una disciplina, no siempre obtendremos éxito, qué será el que actúa por sus impulsos sin ningún tipo de criterio.

El tiempo nos va proponiendo nuevas reglas para nuestro sistema que las tenemos que ir incorporando y aplicando; ya sabéis que todo es cambiante y los Mercados mucho más.

El inversor tiene que enfrentarse, en numerosas ocasiones, a la codicia y al miedo que algunas veces, ambas, nos juegan muy malas pasadas haciéndonos ver gigantes donde solo hay molinos de viento. Pues para salir de esa alucinación está, de nuevo, la disciplina; ella observa por nosotros los principios de nuestro sistema y nos los hace cumplir, sabiendo que si no hay seguridad no hay entrada.

Hazle caso a tu sistema, trabaja para ti. Está educado para ello. Nunca le lleves la contraria pues está de tu lado, es tu amigo. Y un amigo que no te falla es un tesoro. Entonces, y lo sabes, ¿por qué lo abandonas por la intuición o el consejo de otro? Él es disciplinado contigo, sé tú con él.

Estas lecciones que nos enseña el Mercado las aprendemos después de haber dejado por el camino una parte importante de nuestra cartera. Y no es raro volver a caer por tropezar de nuevo en la misma piedra.

No te olvides que al asumir las primeras pérdidas y cerrar la posición estamos protegiendo el capital pues, si no lo sabías, las primeras pérdidas son siempre las más pequeñas. Pero si lo que quieres es ser un perdedor haz lo siguiente: liquida rápidamente los beneficios y asume todas las pérdidas. Lucha contra el llamado “vértigo del beneficio”. Consiste en liquidar la posición anticipadamente.

Mima y cuida de tu plan de estrategia pues, si lo pierdes, te conviertes sin remedio en carne de los tiburones financieros que no tienen ningún tipo de escrúpulos ni piedad.

Gestiona bien el riesgo. El riesgo inapropiado te traerá dolores de cabeza descomunales. Y aquí la disciplina no tiene nada que hacer pues si los tamaños de posición y riesgo no están bien situados no hay forma de cuadrar el método pero las pérdidas se adueñan de la cartera y de la gestión. La solución: cortar de forma radical esta situación.

Y una última cuestión: las ganancias acumuladas poco a poco en nuestra cartera son un préstamo del Mercado hasta final de año. Hasta entonces, los beneficios son capital cedido que en cualquier momento podrán ser requeridos por nuestro acreedor, el Mercado. No lo olvides. A final de año hacemos cuentas en nuestra cartera y rendimos cuentas al fisco que nos estará esperando, todo disciplinado, con los brazos abiertos.

Asegúrate que la disciplina forme parte de tu vida pues te garantizará el éxito. Repito, te garantizará el éxito.

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