Amorfos (nAnE)

TEMPERAMENTO AMORFO (nEnAP)

Amorfo

Tenemos que partir del hecho de que este carácter, junto con el apático, es el más pobre de todos porque le faltan los tres elementos positivos: no tiene la riqueza interior de la emotividad, no tiene el poder y la fuerza de la actividad y no tiene el equilibrio y la discreción de la secundariedad. Su rasgo característico más fuerte es la pereza. No siente internamente su falta de actividad, más bien, ésta va acompañada de cierta alegría y satisfacción. Se deja arrastrar fácilmente por el ambiente, es indolente para todo y poco aseado. Su incapacidad de esfuerzo es modesta, pero no nula. Carece de miras elevadas, se contenta con poco, se consuela enseguida ante las contrariedades, no tiene grandes aspiraciones, le basta con vivir al nivel ordinario. No tiene temor ante los peligros y las desgracias, por lo tanto es valiente al máximo. No es aprensivo, ni pesimista, está protegido contra las enfermedades nerviosas y mentales que en el mundo actual es una gran ventaja, es sociable en grado sumo. Es dócil y nada polémico, no resiste a la autoridad, es conciso y exacto, objetivo y observador. Éste es su secreto de éxito en el trabajo y en la sociedad. Le gustan los deportes. Se deja llevar por los deseos del cuerpo, es comilón, dormilón y fácilmente se deja llevar por sus bajos instintos, está sometido a las excitaciones del instante. Es indiferente a todo, aunque es inteligente no sobresale, a causa de su inercia y baja curiosidad. Razona con mucha lentitud y de forma superficial. Está incapacitado para el pensamiento abstracto. Se muestra indeciso, torpe, desordenado, abúlico e inadaptado.

 

TEMPERAMENTO APÁTICO(nEnAS)

Apático


El carácter apático goza de una objetividad e indiferencia poco comunes, es una persona de principios fijos y fríos, avaro, conservador. Sus valores principales son la disciplina, la fidelidad y la rica imaginación. Casi siempre es sincero, honrado y digno de confianza. El apático suele caracterizarse por una pasividad habitual en un total sometimiento al pasado y a los hábitos que va adquiriendo. Su vida está apagada, carece de fuerza interior, entusiasmo y alegría. Es el tipo rutinario, conservador y esclavo de las tradiciones y costumbres. Es el más terco de todos los caracteres. El apático es meditativo y lento, se separa de cuanto lo rodea para insistir en su pesimismo y carencia. Es un carácter pobre y está sometido a las necesidades orgánicas y al automatismo. La pereza es algo constitucional en el apático, es retraído y solitario, no se interesa por nada. No siente necesidad de trabajar. No tiene iniciativas. En cuanto a la vida social tienen pocas cualidades, pues siente un atractivo especial por la soledad y el aislamiento. Le gusta la tranquilidad, la vida monótona. Es cerrado, independiente, insensible y egoísta. Su lema es: “Pensar en sí mismo y quejarse”. Carece del estímulo de la emotividad y de la ayuda de la actividad. Por esta razón permanece casi en estado potencial, sin movilizar, prácticamente sin tensión. Es una inteligencia muy mal dotada para extraer lo esencial, para la abstracción y para el establecimiento de relaciones lógicas. El pensamiento es incoherente y pobre de ideas. Su inactividad y la no emotividad lo debilitan para alcanzar ideales de orden superior. Lleva por dentro un gran vacío interior. Comprende que la dirección espiritual es muy útil para conocerse y ser mejor, pero no ve su conveniencia ni concibe su necesidad, por estar aferrado a sus ideas. Esto es una dificultad para cambiar su manera habitual de vivir. 

MANUEL ANGEL NICOLAS CUEVAS

EXPERTO EN PSICOGRAFOLOGÍA, PERICIA CALIGRÁFICA Y DOCUMENTOSCOPIA

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