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Una vez formulados los objetivos, debemos establecer qué conocimientos se requieren para alcanzarlos. Al hablar de contenidos didácticos nos estamos refiriendo al conjunto de conocimientos, procedimientos, conceptos y actitudes que se deben desarrollar para alcanzar los objetivos previamente formulados. Están formados por los tres saberes fundamentales: el saber hacer, el saber, y el saber estar.
Los contenidos han de presentar una secuencia lógica que favorezca un aprendizaje significativo para el alumnado, porque deben tenerse en cuenta una serie de factores para su selección:
- Los objetivos previamente establecidos.
- El colectivo al que va dirigido.
- El tiempo disponible.
- El contexto adaptado a la realidad del alumnado.
Las características de los contenidos didácticos podríamos sintetizarlos en dos:
1. Adecuación: deben estar relacionados con las características del alumnado.
2. Significatividad: que produzcan un aprendizaje significativo relevante.
Podemos distinguir entre diferentes tipos de contenidos:
- Conceptuales: hacen referencia a principios, hechos y conceptos; y que ayudan al alumnado a comprender el mundo que les rodea.
- Procedimentales: estarían relacionados con la adquisición de destrezas, habilidades y estrategias que son adquiridos en el marco del proceso de aprendizaje y que pueden ser aplicados dentro del mismo o fuera de él.
- Actitudinales: se refieren a las normas, valores y actitudes los cuales favorecen la adquisición y tratamiento de otros tipos de contenidos.