Degradación del suelo
La mala utilización de los suelos puede provocar alteraciones en alguna de las propiedades del mismo, limitando posibles usos futuros.
En lugar de hablar de contaminación de suelos de manera genérica es más correcto denominarlo como degradación del suelo, entendiendo como tal “la pérdida del suelo como consecuencia de un uso inadecuado”.
Cuando se abordan los procesos de degradación del suelo, es posible distinguir tres grupos de efectos, como son:
- Alteraciones de tipo físico: son aquellas que inciden sobre la estructura y características del suelo. Ejemplo: erosión, compactación, encostramiento, sellado).
- Procesos de contaminación química: son procesos que están asociados a la presencia de compuestos orgánicos o inorgánicos, que pueden suponer un riesgo para la salud o el medioambiente debido a su toxicidad. Ejemplo: contaminación por gases, acidez, contaminación por sales, hidrocarburos, productos fitosanitarios, etc.
- Procesos de contaminación microbiológica: son aquellos procesos causados por cambios en la población microbiana del suelo. Ej. Contaminación por virus y bacterias.
Como consecuencia de los procesos de degradación del suelo, se origina un deterioro de su capacidad para mantener la actividad biológica, provocando una reducción de las especies presentes en el mismo (plantas, animales, microorganismos, etc.); una pérdida progresiva de materia orgánica; y por último, su desertización y desaparición debido a la erosión.