La rotación de cultivos

Frente al barbecho, que equivale a dejar la tierra sin cultivar durante una o varias temporadas, la rotación de cultivos consiste básicamente en encadenar en el tiempo, y de manera sucesiva, una serie de tipos de cultivo en el interior de una misma parcela. Con diferentes requerimientos hídricos, necesidades nutricionales, reacción frente a plagas y enfermedades, etc. Se trata de un ciclo cerrado que se repite en el mismo orden durante periodos consecutivos a lo largo de un cierto número de años, de esta manera se utilizan todas las capas de tierra y los elementos que contienen, en proporciones equilibradas.

De todos modos, es bueno completar el método de rotación con el de barbecho (entre ciclos), pues establecer período de descanso del terreno en el que se deje sin cultivar, le permitirá al suelo recuperar su fertilidad.

Se trata pues de la estrategia inversa al monocultivo, o cultivo de una única especie en la misma parcela a lo largo del tiempo. El paso de la rotación de cultivos al monocultivo se considera una de las principales causas de la erosión de los suelos. Una rotación por ejemplo de maíz, trigo y pasto presenta una tasa de erosión unas siete veces inferior a la de un monocultivo de maíz.

Como consecuencia de la pérdida de fertilidad del suelo, en el caso de los monocultivos, aumenta la dependencia de insumos para cubrir este descenso de la productividad. Frecuentemente estos insumos no corresponden con aportaciones de materia orgánica sino con fertilizantes químicos que conllevan una serie de problemas colaterales.

El inicio de las rotaciones fue debido a la observación de que los cultivos criados de esta forma rendían más que si la misma especie se cultivaba como monocultivo. El incremento del rendimiento compensaba la reducción en la superficie de un cultivo y el resultado es un incremento de la eficiencia de los cultivos. Es el llamado efecto rotación y se basa en una serie de razones agronómicas, entre las que se encuentra el control que realiza la rotación en relación a enfermedades y plagas.

El monocultivo potencia la proliferación de enfermedades específica y la la multiplicación de parásitos, debido a que cada cultivo favorece la presencia de determinados organismos en el suelo. Cuando un monocultivo se prolonga en el tiempo, se incrementan las poblaciones de los organismos asociados al cultivo incrementándose la capacidad de estos para hacer daño.

Por todo lo anterior, puede decirse que la rotación de cultivos es eficaz para el control de enfermedades y la proliferación de plagas que cumplen los siguientes requisitos:

-       Proceden de una fuente cercana, y se trata de organismos cómo insectos o nematodos. La rotación, sin embargo no es tan eficaz para plagas altamente móviles, que pueden llegar desde zonas lejanas.

-       Son plagas y patógenos con un rango estrecho de huéspedes, por lo que la ausencia durante varios años de éstos, da lugar a la desaparición de los mismos. Cuando se trata de plagas menos específicas y con un amplio rango de huéspedes, la inclusión en la rotación de cultivos menos deseables puede ejercer cierto control del problema. Sirva como ejemplo el “gusano de alambre” que se ve influenciado por el cultivo precedente. La batata o la patata dan lugar a un incremento de la población de este insecto, mientras que el tomate o el nabo, o la realización de barbecho blanco, lo merman.

-       Son incapaces de sobrevivir largo tiempo sin un huésped vivo. Enfermedades de la patata como son la sarna o la viruela, producida por los hongos Actinomyces scabies Güss y Rhizoctonia solani Kuhn, hacen aconsejable establecer una rotación en la que no se repita el cultivo hasta pasados cuatro o cinco años.

Las rotaciones de cultivos suponen una estrategia de diversificación temporal, mientras que los cultivos múltiples, asociación de cultivos o policultivos, desarrollan su estrategia de diversificación en el espacio. Estas formas comparten un grupo de beneficios comunes aunque aún bastante indeterminados.

La justificación para la reintroducción de las rotaciones en los sistemas intensivos de producción se fundamenta en el incremento de los rendimientos por unidad de área. Los agricultores con escasos recursos emplean policultivos con la intención de obtener un mayor rendimiento por unidad de superficie.

Son muchos los estudios que otorgan a la rotación de cultivos un conjunto de beneficios relacionados con una mayor seguridad, mayores rendimientos o menores gastos. Entre estos se pueden citar:

-       El aumento de la disponibilidad de nutrientes en el suelo.

-       La mejora de la capacidad del suelo para retener agua.

-       El incremento de la concentración de nitrógeno en el suelo.

-       El aumento de la actividad microbiana del suelo.

-       La mejora de la estructura edáfica.

-       La potenciación del control sobre las malezas.

-       La disminución de la incidencia de enfermedades, plagas y nematodos.

-       A proliferación de sustancias promotoras del crecimiento.

Sin duda, las rotaciones de cultivos son importantes para mejorar el rendimiento de los terrenos agrícolas, no obstante, resulta aún más importante la secuencia empleada en dicha rotación.

La elección de esta secuencia viene dada por las habilidades de las distintas plantas para:

-       Tomar nutrientes a diferentes profundidades.

-       Asociarse con diferentes organismos en el suelo.

-       Explotar ciertas fuentes de nutrientes que otras plantas no pueden.

-       Acumular nutrientes en su organismo por encima de sus necesidades, convirtiéndose en un reservorio que a la larga aportará grandes cantidades de nutrientes al suelo…

Las leguminosas, por ejemplo, además de su capacidad para fijar nitrógeno atmosférico, poseen la característica de absorber el nitrógeno remanente en el suelo, especialmente en forma de nitrito. Por otro lado la cebada y la alfalfa pueden reducir significativamente el nivel de nitrito en el suelo, por lo que la rotación de aquellas con las leguminosas potencia una reducción de la concentración de nitritos en estas últimas.

En la mayoría de los casos se observa un mayor crecimiento de los cultivos que suceden en la rotación a unas leguminosas, esto está relacionado con el aporte de nitrógeno que estas realizan. Sin embargo, a través de una serie de estudios realizados con datos reales, se ha observado que la cantidad de nitrógeno que la planta sucesora toma del liberado por la precedente en el suelo, es muy inferior al que se necesitaría para producir el rendimiento observado. A este fenómeno se le conoce como “caja negra” del efecto rotación y se estima que es debido a una mayor y más diversificada vida de los organismos presentes en el suelo.

En las asociaciones, se ha descubierto un mecanismo muy interesante de transferencia de nitrógeno entre las leguminosas y otras plantas a través de hongos micorrizas.

La gran capacidad de absorción de nitrógeno por parte de las leguminosas, o del potasio por las gramíneas, es un mecanismo del que disponen las plantas para evitar de esta forma la pérdida de nutrientes del suelo por lixiviación. Por lo tanto, este mecanismo potencia de forma notable el reciclado de los nutrientes en los sistemas de rotación de cultivos y cultivos múltiples.

Se ha observado también, que las rotaciones y los cultivos múltiples favorecen igualmente la captura de nutrientes por parte de las plantas. Esto se comprueba por ejemplo en el caso de la plantación de maíz después de la soja, observándose de esta forma mayores concentraciones de fósforo en el maíz respecto a lo que suele ser habitual.

En las rotaciones y los cultivos de cobertera, se produce también un aumento en la disponibilidad de micronutrientes como hierro, cobre y zinc, como consecuencia de la acción de los microorganismos del suelo.

Una alternativa a la rotación es el cultivo de todas las especies del ciclo de manera simultánea, de esta forma se obtienen cosechas de todos los vegetales dentro del mismo año, evitando así el riesgo de quedarse sin recolectar nada porque el monocultivo se eche a perder (por ejemplo, con la aparición de una enfermedad que afecte únicamente a esa especie). En este caso, la parcela se divide en diferentes subparcelas, y cada una se dedica a un cultivo diferente cada año, hasta completar la rotación. Estas parcelas reciben el nombre de amelgas u hojas de la alternativa.

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