La Equidad - La Responsabilidad - El Compromiso

3.2. LA EQUIDAD

            La equidad es reconocida como esencial para intercambios mutuamente satisfactorios, y relacionada con el concepto de justicia distributiva. La percepción de las partes en la justicia de la transacción se relaciona con la satisfacción y confianza en el intercambio.

            Esta percepción de equidad por parte de los intervinientes, es un factor clave para el marketing relacional y para el establecimiento de las condiciones que facilita una relación estable y productiva.

 

3.3. LA RESPONSABILIDAD

            La responsabilidad implica una obligación, la cual es manifestación de los deberes éticos individuales. La esencia de la gestión implica ser responsable de las acciones, y vincula a los gestores con su organización.

            Los directivos por el cargo que ocupan y por las repercusiones de sus actividades, tienen responsabilidades en relación a su puesto, a sus capacidades y responsabilidades éticas de no causar daños y de corregir los perjuicios causados.

 

3.4. EL COMPROMISO

            El compromiso va más lejos de una simple evaluación utilitarista de los costes y beneficios de una situación. El compromiso hace referencia a una promesa implícita o explícita de continuidad entre las partes del intercambio.

            Cuando la comunicación bilateral es la norma, y ambas partes desean asumir riesgos en la relación, el compromiso se hace más sólido. La comunicación y el intercambio de experiencias fortalece la confianza y mejora la relación.

Las relaciones como socios de las empresas y sus proveedores, y una cierta cooperación dentro de un sector de las industrias participantes con una nueva visión, mejora el servicio a los clientes. La satisfacción de los consumidores mejora cuando las empresas individuales apartan sus intereses, y toman en consideración los compromisos y los programas que benefician al sector en su conjunto.

El cumplimiento de los compromisos y el fortalecimiento y desarrollo de éstos, constituye un aspecto ético fundamental y un factor imprescindible en el establecimiento de relaciones a largo plazo. La nueva situación competitiva requiere el desarrollo de relaciones duraderas, y el fortalecimiento de una nueva visión ética.

Para conseguir la fidelidad de los consumidores, éstos deben creen que la empresa está trabajando para satisfacer de la mejor manera posible sus intereses. Las organizaciones que quieren construir este tipo de relación, tendrán que repensar todas las interacciones con los consumidores, antes y después de la venta.
            
            Las grandes empresas, acostumbradas a actuar en solitario en el mercado y con una actitud empresarial agresiva, han experimentado en los últimos años un cambio cultural y de filosofía de negocio.

           

Las crecientes y diversas demandas de un mercado en continua revolución y la mundialización de éste, obligan a las empresas a establecer estrategias de colaboración con otras compañías para poder estar presentes en todos los mercados y hacerlo en buenas condiciones de asistencia tecnológica, ofreciendo un buen servicio.*      

           

      

*          ACEITUNO A. y MONTAÑO B. (1997) “Las grandes compañías reorientan sus estrategias” Revista  Dinero  Nº 693, 7 de Abril.

 

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