El público
Tenemos que convencer al público. En ocasiones, a solo una parte del público. Por ejemplo, en una oposición ante un tribunal donde además de los miembros del tribunal hay presencia de público, seguramente lo más importante es convencer al tribunal.
En una presentación ante inversores y público, puede que nuestro objetivo sea convencer a uno o dos inversores concretos. Y por tanto que diseñemos la presentación pensando en unos pocos inversores y no en el resto del público.
En ocasiones el público es muy variado, por ejemplo cuando en una presentación parte del público son expertos, pero otra parte tiene pocos conocimientos. En algunos cursos los alumnos son muy distintos. Por ejemplo en muchos Masters algunos alumnos ya tienen un buen nivel de conocimientos de marketing, pero otros no han estudiado la materia.
Podemos centrarnos en una parte de la audiencia que nos interesa, por ejemplo los expertos. En otras ocasiones optamos por un contenido, como los casos y ejemplos, que puede servir para ambos grupos de alumnos.
En algunas presentaciones tenemos que ser conscientes que es imposible agradar a todos. Si somos más formales, le gustaremos menos a los que quieren algo más simpático y coloquial.
Un aspecto fundamental es adaptar el nivel de la explicación, el lenguaje, la duración y las formas de la presentación al público concreto. Los que realizan presentaciones con gran éxito, tienen una gran habilidad para adaptar una misma presentación a muy diferentes públicos.