Cascajo Blanco
Luego agregamos el cascajo blanco.
Sobre el rojo, éste creará además de un contraste de colores, un medio de fácil absorción de agua.
Lo distribuimos con la mano.
Definiremos un círculo alrededor del tallo de la rosa y lo rodearemos con las piedras más gruesas del cascajo rojo.
La rosa no es muy exigente con los suelos, generalmente suele adaptarse a ellos, pero si queremos buenos resultados es importante que tengamos en cuenta que el suelo más apropiado es el franco arenoso y franco arcilloso.
El suelo debe ser rico en materia orgánica y con buen drenaje interno y externo.