Maternidades y paternidades

La maternidad y la paternidad es uno de los focos de demanda en el ámbito laboral en la actualidad.  

  • La maternidad es una posibilidad que tienen las mujeres. Aunque es una de las bases sobre las que se asientan muchos aspectos de las relaciones de género. El hecho de que las mujeres sean las que gestan durante 9 meses en sus cuerpos nuevas vidas, marca una  diferencia con los cuerpos masculinos.

Esta diferencia ha sido y es fruto de muchas discusiones, porque conlleva muchas discriminaciones negativas para las mujeres en al ámbito laboral.

Por un lado, está el hecho de que esa “posibilidad” de maternidad conecta a las mujeres con los estereotipos de ser más cuidadosas, delicadas, entregadas, etc. De manera general, la maternidad no se percibe como una posibilidad, sino como una realidad manifiesta en cada mujer, sea o no madre, desarrolle o no el rol de madre, se sienta o no como madre. La maternidad, en la actualidad, es una marca definitoria de las mujeres. 

El punto relevante es que, aunque algunas mujeres decidan tener criaturas y otras no, aunque algunas mujeres, sin tenerlas, se vivencien como cuidadosas, maternales, etc, y otras no, ninguna de las opciones puede suponer una discriminación negativa para ellas.

¿Y esto como se pone de manifiesto de en el ámbito laboral?

Por ejemplo, dando por hecho que las mujeres pueden encargarse de cosas en los trabajos que son identificadas como “más sensibles”: organizar eventos, encargarse de comprar el regalo para la compañera el día de su cumpleaños, escribir cartas de rechazo/aceptación para candidaturas de trabajo, etc. (de hecho hay un gran porcentaje de mujeres ocupando puestos en recursos humanos).

Alejándolas de situaciones que se suponen como "más agresivas": negociar contratos, asistir a reuniones con otras compañías, defender un proyecto, etc. En caso de que estén en estos puestos de dirección y tengan actitudes reconocidas como masculinas también son juzgadas.

Por otro lado, encontramos el que, según en la época de su vida en que estén, puede beneficiarse o no a la hora de encontrar un puesto de trabajo. Hay veces que si tienen entre los 25-40 no te quieran porque pueden quedarse embarazadas y darse de baja. Si están entre 30-50 porque tengan hijas/os que "depende de ellas", y den por hecho que se ausentarán más (cosas que a los hombres ni se les plantea).

Finalmente, está el hecho de que cuando deciden quedarse embarazadas han de estar 9 meses con un cambio grande en su persona (cuerpo/mente/espíritu). Tienen que parir y atender a la criatura durante un tiempo.

Todo esto tiene consecuencias en los espacios de trabajo, pues ni el Estado, ni las empresas, ni las personas, están preparadas para vivir esto como una situación comunitaria.

Es decir, todos han de contribuir a que esto pueda llevarse a cabo, de la mejor forma para las mujeres y para las criaturas que vienen al mundo, sin que esto suponga pérdidas para las mujeres (económicas, sociales, personales).

  • La paternidad es una posibilidad que tienen los hombres. Esta elección no tiene las mismas consecuencias que para las mujeres en el ámbito laboral.

Es claro que los hombres no van a portar a la criatura en sus vientres, aunque la responsabilidad para que esa persona que llega pueda desarrollarse de manera plena, también es de los padres. Esto implica que han de estar presentes y cubrir las necesidades de la criatura que llega al mundo.

Para ello, también el Estado, las empresas y las personas han de estar preparadas. Es decir, se han de poner los recursos y los medios para que esto se haga posible. Y han de romperse muchos estereotipos y transgredir pensamientos y prácticas obsoletas que hoy en día no sirven.

Este es el objetivo de analizar, estudiar, y diagnosticar para llevar a cabo acciones políticas y legislativas. Por ello, se reclaman desde diferentes espacios feministas y de mujeres, la implicación de los padres en los procesos de crianza y sostenimiento de la vida.

La implicación de los padres (y no padres), del Estado y las empresas es necesaria para poder desarrollar otro modelo que no sea excluyente para las mujeres. Ante las demandas de las mujeres y la necesidad de un equilibrio entre las vidas en los hogares y los centros de trabajo, se comienza a hablar de conciliación familiar y laboral.

Ana Valero Rey

Consultora y formadora en temáticas de género e igualdad

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