Consejos para contratar una cuenta para depósitos bancarios

A la hora de hacer depósitos bancarios se recomienda disponer de información fiable que permita comparar los productos que hay en el mercado y también saber qué cuestiones hay que valorar, principalmente para elegir la mejor cuenta posible.

- En primer lugar, conviene saber la rentabilidad que ofrece la cuenta donde se hará el depósito bancario. Debería ser un tipo de interés atractivo y competitivo por el dinero que se depositará y mantendrá en la cuenta.

Los intereses de la mayoría de las cuentas disponibles suelen ser bastante bajos, a veces no superan el 0,10%, por lo que se recomienda buscar una cuenta que ofrezca una rentabilidad mayor a esta.

- En segundo lugar, hay que considerar los servicios que pueden ser asociados a la cuenta, de forma que ofrezcan un valor adicional a la rentabilidad que ofrece de por sí la cuenta bancaria.

Estos servicios pueden ser varios, como la domiciliación de la nómina o pensión, de la luz, del agua, impuestos, teléfono, etc. la posibilidad de tener un talonario de cheques o pagarés para los casos de cuentas corrientes, la asociación de tarjetas de crédito o débito.

También hay que valorar si se puede realizar anticipos de la nómina, o si se puede solicitar préstamos en condiciones que nos sean favorables.

Algunas cuentas aplican cierto tipo de restricción  a estos servicios, como por ejemplo, para las tarjetas de crédito o débito o la disposición de la domiciliación de las nóminas, por lo que hay que tener en cuenta las condiciones de la contratación antes de hacer los depósitos bancarios.

- En tercer lugar, hay que considerar las comisiones cobradas por la entidad por el mantenimiento, administración y otros conceptos.

En algunos casos los bancos no cobran comisiones, por lo que hay que valorar estas cuentas.

Además de la comisión por mantenimiento, existen comisiones por apunte y comisión de descubierto, que se cobra cuando la cuenta destinada al depósito, por la adquisición de un saldo de tipo deudor, se convierte en cuenta de crédito.

En este caso, los intereses cobrados son mayores que los tipos de interés legales, llegando a multiplicar su valor por 2,5 en algunas ocasiones.

Otro tipo de comisión es la que se cobra por servicios, como la emisión de tarjetas o su renovación, el depósito de cheques y las transferencias hechas, el correo o el aviso de transferencias.

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