El problema de la verdad. La creencia y la verdad (I)

EL PROBLEMA DE LA CERTEZA DEL CONOCIMIENTO.

Para estudiar el problema de la certeza del conocimiento, creemos necesario puntualizar una dis­tinción entre los conocimientos, según su finalidad.

Existe un conocimiento en el cual la certeza es algo que debe ser demostrado, como una exigencia de verdad; tal es el conocimiento de las ciencias y la filosofía.

Pero existe otro conocimiento que podemos llamar conocimiento cotidiano o conocimiento práctico, en el cual la exigencia de certeza reviste otras características.

Nuestro problema podría ser formulado así: ¿Cuándo podemos tener la certeza de que nuestro conocimiento tiene verdad? ¿Cuándo será verdad nuestro cono­cimiento práctico?

Podríamos decir que nuestro conocimiento práctico es verdadero cuando es acorde con la realidad, pero ¿cuándo es acorde con la realidad? Para resolver esa pregunta debemos distinguir dos modos de conocimiento práctico: ideas y creencias.

IDEAS Y CREENCIAS.

A todos los hombres se les ocurren ideas (según expresión de José Ortega y Gasset) que bien pueden ser suyas o ajenas. Todo hombre tiene lo que se llama "sus ideas", que rigen su modo de pensar.  

Pero el modo de pensar de cada hombre, pueden manifestarse de dos maneras: pensando y actuan­do.

En cuanto que el hombre piensa, piensa sobre algo y sobre ese algo se hace una idea; esto es válido tanto para la idea del hombre común como para la idea del científico.

Esas son las ideas de los hombres. Pero en cuanto el hombre actúa, hay otros pensamientos que nunca se llegan a formular, pensamientos con los que se cuenta (siguiendo la formulación de Ortega).

José Ortega y Gasset tiene un ejemplo que aclara mucho: cuando una persona decide salir a la calle, aun cuando pueda pensar sobre cada uno de los detalles de su decisión de salir a la calle y sobre cada uno de los movimientos necesarios para hacerlo, difícilmente lo hará sobre la posi­bilidad de que haya calle o no; la existencia de la calle es algo con lo que se cuenta.

Del mismo modo que la calle en el ejemplo anterior, hay muchos otros pensamientos con los que el hombre cuenta y que ni siquiera llega a formular; se trata de pensa­mientos que efectivamente rigen su vida, su actuar. Estas son las creencias de los hombres.

EL PROBLEMA DE LA VERDAD. LA NATURALEZA DE LA VERDAD. EL PROBLEMA DE LA VERDAD.

En la filosofía tradicional se ha visto la verdad como problema formal: cómo explicar la coherencia del pensamiento con la realidad.

Las soluciones a este problema han dado origen a muy diversas ideas sobre el conocimiento. Veamos.Desde un punto de vista extremo se considera que todo aquello que es formu­lado por nuestro entendimiento es algo que existe realmente y que es tal y como ha sido formulado.

La teoría sobre el conocimiento que está detrás de esta idea sobre la verdad del conocimiento es la que sostiene que nuestra mente no es más que un fiel reflejo de la realidad: la realidad se impone a la mente y el conocimiento corresponde a la realidad.

Pero pronto estos pensadores se dieron cuenta de que entre distintos hombres podía haber ¡deas diversas sobre una misma realidad, podían existir diferencias de opinión sobre algo.

Para salvar esta dificultad empezaron a hacer la distinción entre opinión y razón, haciendo ver que esta última es la única que puede proporcionar un conocimiento verdadero de la realidad.

Cuando la razón del hombre ha podido superar las apariencias de las cosas y ha podido, según el modo de intelección que le es propio, distinguir la esencia de las mismas, ha llegado a la verdad.

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