Estética trascendental

Los JUICIOS SINTÉTICOS ‘A PRIORI’, que, como sabemos, son los únicos que nos permiten interpretar la realidad, no vienen a constituir otra cosa, según Kant, que intuiciones en el espacio y en el tiempo.

ESPACIO y TIEMPO, a su vez, se definen como formas ‘a priori’ de la sensibilidad. Esto significa que ambas magnitudes son las que nos permiten poner el cúmulo de señales que recibimos constantemente a través de los sentidos.

Según Kant, en efecto, lo dado como tal carece de orden y de forma ; debe, por tanto, ser ordenado y formado, y sólo un elemento ¡a priori’ puede ejecutar semejante operación.

Hay dos de estos elementos, como ya sabemos: el ESPACIO (forma del ‘sentido externo’) y el TIEMPO (forma del ‘sentido interno’). Ambos tienen idealidad trascendental, puesto que no se los puede definir, y realidad empírica, ya que sólo existen en relación con la experiencia.

 

Lógica trascendental

Analítica trascendental

La ‘Lógica trascendental’ es definida por Kant como “lógica del empleo del entendímiento“.

En este sentido volvemos aquí a enfrentarnos con el dilema que ya se había planteado en el Prólogo de la ‘Crítica de la Razón Pura’: no se puede conocer los fenómenos de la Naturaleza mediante el puro pensar especulativo (“vacío“), y tampoco mediante las puras intuiciones(“ciegas“).

¿En qué consiste, entonces, el conocimiento empírico? ¿Y cómo es posible? Ya lo sabíamos: con ayuda de los juicios sintéticos ‘a priori’, es decir:

CONOCER = Conjugar ‘lo dado’ con ‘lo puesto

Como vemos, Kant se atiene totalmente a la Lógica de Aristóteles. En términos aristotélicos, lo dado seria la ‘sustancia’, y lo puesto los ‘atributos’. A esos atributos les da Kant el nombre (aristotélico, por supuesto) de CATEGORÍAS, y define las mismas como conceptos fundamentales mediante los cuales se hace posible la realidad fenoménica.

Es decir, que nosotros, con ayuda de los juicios sintéticos ‘a priori’,colocamos todos los datos que nos llegan por los sentidos en el espacio y en el tiempo o, lo que es lo mismo, definimos la realidad mediante las susodichas ‘categorías’, a las cuales se llega mediante una operación de tres pasos (un proceso que Kant denomina DEDUCCIÓN TRASCENDENTAL, o justificación trascendental del empleo de los conceptos puros):

  • Síntesis de la ‘aprehensión’ en la ‘intuición’

Colocar los datos de los sentidos en el espacio y en el tiempo (ideas adventicias en Descartes ; sensaciones en Locke ; ompresiones en Hume).

  • Síntesis de la ‘reproducción en la ‘imaginación’

Dentro de nuestra mente podemos, por analogía, crear ideas nuevas sin necesidad de los sentidos (ideas facticias ; reflexión ; ideas).

  • Síntesis del ‘reconocimiento’ en el ‘concepto’.

Reconocemos los datos de los sentidos comparando las ideas nuevas que nos llegan con las que ya están en nuestra mente.

Por supuesto, Kant, aunque introduce este nuevo estadio en la Teoría del Conocimiento, se mantiene fiel al empirismo inglés y no admite las ‘ideas innatas’.

Las anteriores tres síntesis ocurren juntas, casi simultáneamente, y es precisamente a esa UNIDAD SINTÉTICA DE LA APERCEPCIÓN a la que nos referimos, según Kant, al decir “YO PIENSO“.

Por ‘apercepción’ se entiende una percepción atenta, ya que al pensar se supone que llevamos a cabo algo más que una mera catalogación de los datos de los sentidos ; como hemos podido ver, Kant distingue dos niveles de ‘apercepción’:

  • Apercepción empírica (propia del sujeto, que se relaciona con el entorno que le brinda la experiencia)
  • Apercepción pura trascendental (propia de la conciencia, a nivel abstracto).

 

Teniendo en cuenta lo dicho hasta este momento, podemos dar una nueva definición del conocimiento, más exacta que la formulada con anterioridad:

CONOCER = Sintetizar (“ligar“) lo múltiple en la unidad del concepto

Al conocer, es decir, a llevar a cabo la ‘unidad sintética de la apercepción’, estamos interpretando la realidad de una forma esquemática: las cosas en el mundo son múltiples, pero a nosotros nos basta con un sólo concepto para reconocer muchas cosas del mismo tipo.

Es lo que Jant llama ESQUEMATISMO TRASCENDENTAL, algo parecido a la ‘teoría de las ideas’ de Platón, sólo que las ideas en este caso ya no se encuentran en el “mundo supralunar” del filósofo griego, sino que las tenemos en nuestra propia mente.

Ese ‘esquematismo trascendental’ está, según Kant, basado en los principios del entendimiento puro, y es el que nos permite el JUICIO EMPÍRICO (científico).

Con los ‘juicios empíricos’, es decir, los juicios de la ciencia, se está refiriendo Kant, por supuesto, a la Física de Newton.

Al verificarse, por otro lado, el proceso arriba descrito se opera, según la opinión de Kant, lo que él llama una ‘REVOLUCIÓN COPERNICANA‘.

Igual que Copérnico había demostrado en su momento que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol, y no al revés, en este caso, al contrario que en Descartesel sujeto gira en torno al objeto para determinar las posibilidades de conocimiento.

Por este procedimiento, el ‘objeto’ ya no es un simple dato de los sentidos (“fenómeno“), sino que queda convertido en COSA EN SÍ (“númeno“), haciéndose de este modo accesible a nuestra facultad cognoscitiva.

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