Georgias De Leontium (483-375 a.d.C.)

Gorgias lleva al colmo el agnosticismo de Protágoras mediante su famosa demostración de tres puntos de lo más radicales.

  1. Nada existe
  2. Lo existente es indemostrable
  3. El conocimiento es incomunicable.

 

GORGIAS DE LEONTIUM
Gorgias de Leontium pertenece al número de los negadores de un criterio absoluto, pero no por iguales razones a los secuaces de Protágoras. En efecto, en su libro ‘Del no-ser, o bien de la naturaleza’ establece tres principios concatenadamente entre sí: 1) que no existe nada ; 2) 173, aunque [algo] exista, es "no aferrable" por el hombre ; 3) que, aunque sea concebible, es inexpresable e incomunicable al prójimo.

Demuestra de la siguiente manera que nada existe: si algo existiesen sería el ser o el no-ser, o el ser y el no-ser juntos … Y en verdad no existe el no-ser. Pues si existe, sería y no sería al mismo tiempo, pues en cuanto es pensado no-ser, no será, pero, en cambio, en cuanto no-ser, será.

Pero es absolutamente absurdo que una cosa sea y no sea al mismo tiempo ; luego, el no-ser no es. Y, de otra manera, si es el no-ser, el ser no será, pues son cosas contrarias entre sí … Y ni tampoco es el ser. Pues si es, o es eterno, o engendrado, o engendrado y eterno al mismo tiempo, pero … si es eterno … no tiene ningún principio … No teniendo ningún principio, es infinito, y si es ilimitado no está en ningún lugar. Pues si estuviese en algún lugar aquello en lo cual está es sí mismo.

Porque sería la misma cosa el lugar y el contenido, y el ser se convertiría en dos, lugar y cuerpo … lo que es absurdo … pues si el ser es eterno, es infinito ; si es infinito, no está en ningún lugar, si en ningún lugar, es que no existe … pero tampoco puede ser engendrado el ser. Pues si hubiese nacido, habría nacido del ser o del no-ser.

Pero no ha nacido del ser ; pues si es no es nacido, sino que ya es ; ni del no-ser, pues el no-ser no puede engendrar, debiendo el generador, necesariamente, participar de la existencia … análogamente, no puede ser lo uno y lo otro, eterno y engendrado al mismo tiempo, pues estos términos se excluyen recíprocamente … Y, además, si es, o es uno o múltiple  ; pero cualquiera de éstos que sea, no es uno, sino que la cantidad sería divisible, lo continuo separable y, de la misma manera, la magnitud no será pensada indivisible ; y el cuerpo será triple, pues tendrá longitud, anchura y altura … por lo tanto, con estas pruebas, está demostrado que no existe ni el ser ni el no-ser.

A continuación debe demostrarse que, aún en el caso de que alguna cosa exista, ésta es incognoscible e inconcebible para el hombre … es una deducción exacta e impecable ésta: “Si lo pensado no existe, lo existente no es pensado” … Es evidente que las cosas pensadas no existen. Pues, en efecto, si las cosas pensadas existen, todas las cosas pensadas deben existir, después que alguien las piense.

Lo que es inverosímil, pues, de hecho no es verdad que si uno piensa hombres voladores o que los carros corran sobre el mar, por eso sólo el hombre vuele o los carros corran sobre el mar. Por lo cual no es verdad que lo pensado exista.

Además, si lo pensado no existe, lo existente no podrá ser pensado, porque a los contrarios les corresponden atributos contrarios … Por ello, si lo pensado no existe, a lo existente le corresponderá el no ser pensado. pero esto es absurdo, porque se piensa también a Escila y la Quimera y muchas otras cosas irreales, porque el ser no es pensado …

Pero aunque fuese concebible, sería incomunicable a los demás … porque [el medio] es el ser. Por esto … no expresamos los seres a nuestro prójimo, sino palabras que son distintas a la realidad subsistente. Pues tal como lo visible no puede transformarse en audible, y viceversa, así el ser no puede transformarse en palabra nuestra, pues subsiste fuera [de nosotros]. Y no siendo palabra [lo real], no puede ser manifestado a los demás.

La palabra, en efecto, se organiza por las expresiones de los objetos exteriores sobre nosotros, pues de la acción del sabor, surge en nosotros la palabra que expresa tal cualidad, y de la expresión del color, la palabra del color.

Si esto es verdad, no es la palabra representativa del objeto externo, sino que el objeto externo es revelador de la palabra. Por lo tanto, ni aún se puede decir que, tal como subsisten los objetos visibles y los audibles, suceda así con la palabra también ; de manera que por ser subsistente y real, revele los objetos subsistentes y reales. porque si también subsiste la palabra, es diversa de los otros subsistentes, y sobre todo, difieren los cuerpos visibles de las palabras ; pues lo visible se percibe con un órgano distinto al que perciba la palabra. Por ello, la palabra no puede expresar la mayor parte de los subsistentes, de la misma manera que ni aún éstos pueden manifestar unos la naturaleza de los otros.

(Frag. 3, en DIELS ; de SEXTO EMPÍRICO, Adv. Mathem., VII, 65-87)

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